Pocas son las personas que han logrado comer las 12 uvas de cada campanada sin casi ahogarse, pero ¿sabes el verdadero origen de esta costumbre?.
Con cada campanada que se da el 31 de diciembre anunciando que un año nuevo llega a su fin, tomaremos una uva pidiendo un deseo que regularmente se relacionara con los propósitos del año por venir a nuestro país esta costumbre llego gracias a los españoles y se extendió por toda América.
Uno de los orígenes de esta tradición data del año de 1909 donde en un lugar llamado Valle Vinalopó tuvieron una muy buena cosecha de uvas y las vendieron bajo el nombre de uvas de la suerte fue tal su éxito y la abundancia del producto que las obsequiaron como postre durante la cena.
En muchos lugares del mundo se cree que esta nació como un acto de protesta ya que en Madrid se sancionaban las actividades ruidosas así que la población mostró su inconformidad al salir a la calle y comer uvas en lo que hoy se conoce como la puerta del sol.
Otra versión proveniente del mismo Vinalopó indica que este acto comenzó con el fin de burlarse de la aristocracia, pues a mediados del siglo XIX las familias francesas organizaban reuniones de fin de año en un contexto privado donde se utilizaba las uvas para acompañar el vino.
Y es que en lo que todos estamos de acuerdo es en que las 12 uvas representan los meses del año por venir esperando comérnoslo por entero metafóricamente a través de las uvas.