TODO LO QUE EMPIEZA, termina. Poco a poco nos iremos acostumbrando a las decisiones, insólitas, del Presidente Donald Trump. Al rato serán un recuerdo y el único que no olvidará será el Presidente Peña Nieto, de los malos ratos que lo hizo pasar el millonario político. Las cosas llegarán a extremos peligrosos, pero fríamente calculados. EU no declarará la guerra contra México y nuestro ejército no tendrá que enfrentar al más poderoso y temible del mundo. Históricamente nos atan muchas cosas, sin olvidar tantas invasiones y la trampa de  un general corrupto que les permitió agenciarse parte de nuestro territorio.

Los incidentes vividos y comentados dejan una lección que ojalá hayan aprendido para siempre nuestros políticos y los dirigentes de partidos y, sobre todo, el Gobierno Federal, informar con la verdad, sin dejar pendientes ni cosas que sirven de escudo para ocultar la despreciable corrupción. Todavía lamentamos la actitud de los líderes de partidos, con duelos con espadas de doble filo. Por lo visto no hay quien les diga que la gente ya no cree en trampas y que desperdician espacios y tiempo, que se van y jamás regresarán.

Andrés Manuel López Obrador preocupa a los contendientes a la Presidencia de la República. Reaparece la afirmación que los vecinos están preocupados por el ascenso de un político que puede convertirse en dictador. No es verdad. El Peje sabe el camino de la conquista. En sus visitas a la Unión Americana hablará con empresarios y funcionarios de jerarquía, para decirles que no caerá en imprudencias, que estarán en correcta libertad de comercio y que la única condición es que no caigan en actos de corrupción. Hace 12 años Andrés Manuel López Obrador fue el gran favorito y tuvo que soportar una guerra publicitaria en su contra, aunque nadie nos quita la seguridad de que ganó y fue víctima de un fraude electoral.

El político tabasqueño aprendió de las campañas en su contra y me consta que está preparado para borrar cualquier sospecha de  dictadura.;-tonto no soy, me dijo una vez. Claro que no lo eres, le contesté, pero prepárate para enfrentar y vencer los infundios-. O sea que hablamos de un Andrés Manuel distinto al que nos han pintado los mentirosos de brocha gorda.

Aclaro que todavía  no decido por quién votaré en 2018, mucha agua correrá bajo el puente de aquí a julio del año próximo, pero hay que verlo  con la claridad de la verdad.

Lo que ha faltado a nuestros políticos y gobernantes es ausentarse de la verdad. Hablar con la frente en alto y la mirada a los ojos de la gente es la virtud que ha faltado y que se requiere para recobrar la confianza y credibilidad de los mexicanos. De ellos  depende tener el valor de rectificar, todavía es tiempo.

En los últimos siete días he leído y escuchado que la conversación entre Trump y Peña  Nieto no fue grabada y que las versiones que corren fueron vertidas con el afán de la mentira.

Llego la hora cero…somos o no somos…. Que lo digan políticos y gobernantes.  Quizá la última.