Si el primer informe de labores del delegado del IMSS en Puebla, Enrique Doger Guerrero, hubiese sido su destape como candidato al gobierno del estado por el PRI el evento le hubiese salido perfecto.
Porque Doger logró lo que pocos priistas poblanos han conseguido en los últimos días.
Y es que consiguió unificar las fuerzas del nuevo y del viejo PRI en un solo evento.
Reunió a los líderes de sus distintas corrientes pero, sobre todo, se pudo colgar y llevar el reconocimiento de todos sus correligionarios por su trabajo como delegado.
Enrique Doger aglutinó a lo más representativo del Revolucionario Institucional hoy en día: a Jorge Estefan Chidiac, dirigente estatal; a Alejandro Armenta Mier, diputado federal; a Juan Carlos Lastiri Quirós, subsecretario de la Sedatu; a Juan Manuel Vega Rayet, delegado de Sedesol; además de otros cabezas de corrientes como José Doger Corte, Adolfo Karam Beltrán, entre otros.
Allí estuvieron, en el auditorio del Hospital de Especialidades Centro Médico Manuel Ávila Camacho, además, delegados federales como Isabel Allende Cano, de gobernación; Vanessa Barahona de la Rosa, del trabajo; David Villanueva Lomelí, titular de la ASE; entre otros.
A Doger se le vio suelto, sereno, firme y muy seguro de su presente como delegado y su futuro como un político del PRI.
Es un hecho que el delegado del IMSS buscará con todo el banderín tricolor que le permita competir por la gubernatura del estado en 2018.
Y tontos serán los priistas si no se decantan por Doger como su abanderado.
Porque Doger, contrario a Lastiri, tiene imagen, discurso, penetración y aceptación entre los poblanos.
La delegación del IMSS es un traje a la medida que le puso el PRI y el gobierno federal a quien resulta ser el más competitivo de los priistas de cara a los comicios que se avecinan.
Si el PRI verdaderamente desea competir en las elecciones a la gubernatura debería postular directamente a Enrique Doger como su candidato.
Y el delegado del IMSS lo sabe perfectamente porque simple y sencillamente los números en las encuestas y casi todas las mediciones hechas hasta el momento lo benefician.
Así que si la disputa por la candidatura al gobierno es entre Doger y Lastiri, aplicando la lógica política y respetando las encuestas, el médico de profesión se alzaría con la victoria.
Y ya lo dijo el mismísimo Jorge Estefan: si hay imposiciones en el PRI y en las candidaturas su partido está destinado a una nueva derrota.
Ayer Doger, colmilludo y muy hábil, agradeció el apoyo que como delegado todo mundo le ha brindado, incluso los medios de comunicación a los que se refirió con agrado y complacencia.
“Quiero expresar mi amplio reconocimiento a los representantes de los medios de comunicación: dueños, directivos, conductores, columnistas, reporteros y fotógrafos por su apoyo en la difusión de nuestras actividades”, sostuvo en su discurso.
Doger, ante un pasmado y atónito Lastiri por su elocuencia y disertación casi perfecta, no se cansó de presumir su buena oratoria y su experiencia como funcionario público, pues dijo: “He tenido el privilegio y el honor de atender diferentes responsabilidades como rector de la BUAP, como presidente municipal de Puebla, como diputado -local y federal- y hoy como delegado”.
Y remató en su mensaje que más pareció, insisto, un destape como candidato del PRI que un informe en su papel de delegado: “La experiencia acumulada me ha permitido conocer de cerca las necesidades y preocupaciones de los poblanos. Estoy convencido que es una gran satisfacción servir a los ciudadanos desde cualquier área de la administración pública”.
Dicen que por ahí: si parece candidato, habla como candidato y actúa como candidato entonces es un candidato.
¿O me equivoco?
Lo dicho, si el PRI no lanza a Doger como su candidato al gobierno entonces desde ahora que se olvide de 2018.
Al tiempo.
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Armenta ya se ve en Morena
Ante el escenario adverso que pudiera perjudicar al PRI de cara al 2018, si es que pierde la elección en el Estado de México, son varios sus militantes que estarían pensando ya en migrar a Morena, partido en el que son bien vistos.
Es el caso del diputado federal Alejandro Armenta Mier, quien es de los pocos priistas, junto con el regidor Iván Galindo Castillejos, que han asumido un perfil político crítico y más ciudadano.
Armenta conoce perfectamente la situación del PRI poblano de cara al 2018 -sus riesgos y sus posibilidades- no por nada ya fue dirigente estatal de su partido.
En ese sentido, parece estar dispuesto a emigrar a Morena si su partido le cierra las puertas a sus aspiraciones e impone candidatos para los próximos comicios.
La cosa está que arde en el PRI.
Porque si Jorge Estefan Chidiac, líder estatal del PRI, se empeña en imponer su ley entonces su partido se va a quedar sin líderes y sin militantes.
Me pregunto qué pasaría si Armenta e Iván Galindo deciden sumarse a Morena en Puebla.
¿Quién perdería o ganaría más, el PRI o Morena?
Ahí se los dejo de tarea.
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