Estamos entrando a un periodo de 7 días, que de acuerdo con la iglesia católica hacen referencia a la Semana Santa. Con el inicio del Domingo de Ramos, hasta culminar con el Domingo de Resurrección, esta acción es conocida como Semana Mayor, en la que se conmemora el Triduo Pascual, es decir, los momentos de la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo.
Lo anterior previamente precedido de la Cuaresma que se refiere al tiempo de preparación, donde se recuerda los 40 días de Jesucristo en el desierto. Las celebraciones más importantes de la Semana Santa son Jueves Santo, Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Este es el momento en el que se ora y reflexiona en el Cristo de Nazaret, al tiempo que se recapacita sobre los pecados.
En este periodo, el católico cumple con diversos actos como, procesiones, escenificación del drama de la muerte y pasión de Cristo. Los penitentes se someten a duras cargas como símbolo de auto sacrificio, y el día Viernes Santo, los fieles deben de guardar ayuno y abstenerse de comer carne.
Todo este místico ritual es aderezado con simbología y prácticas estrictamente religiosas, ya que para los creyentes del catolicismo, vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con oración, sacrificios y el arrepentimiento de sus yerros, así como asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Cabe destacar, que año con año los días en que se realiza esta ceremonia son cambiantes, es decir, que no son un día específico en el calendario, y la razón es por qué el pueblo judío celebraba la fiesta de pascua, en esta fecha se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto.
Esta fecha la fijaban con base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.
A pesar de que la Semana Santa fue la última de Cristo en la tierra, lo importante de este tiempo, no es el recordar con tristeza lo que padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección. Aunque para muchos solo es una ocasión de descanso y diversión.
Hasta la próxima,
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