MADRID.- Lionel Messi olió sangre, marcó dos goles, participó de otro y forzó la expulsión de Sergio Ramos el domingo para impulsar la agónica remontada del Barcelona por 3-2 en cancha del Real Madrid y dar un vuelco a la liga española, que encabezan ambos equipos igualados a 75 puntos a falta de cinco fechas para el final.
Los madridistas cuentan con otro partido pendiente ante el Celta de Vigo, programado para el 17 de mayo, pero perdieron su colchón de tres puntos sobre el acérrimo rival, que llegaba de ser eliminado el miércoles de los cuartos de final de la Liga de Campeones por la Juventus, pero mantiene vivo el pulso por el campeonato con una mejor diferencia de goles.
La liga pareció inclinarse definitivamente de lado del Madrid tras el gol inicial de Casemiro a los 28 minutos, pero Messi niveló a los 33, facilitó el segundo visitante de Ivan Rakitic a los 73 y, tras la expulsión de Ramos (77) y la igualada transitoria del colombiano James Rodríguez (85), decantó definitivamente la balanza en tiempo añadido.
«Un partido loco para una remontada local», resumió Rakitic.
El técnico madridista, Zinedine Zidane, lamentó por su parte que su equipo no supiera administrar el empate de James. «No podemos estar contentos. Cuando no matas el partido, puede pasar esto. Nos faltó cabeza tras igualar», criticó el francés.
Con otra majestuosa actuación en el estadio Santiago Bernabéu, en que Messi celebró sus 500 goles oficiales con el conjunto azulgrana, el argentino reforzó también su candidatura a ganar el próximo Balón de Oro, pues su máximo rival, Cristiano Ronaldo, pasó prácticamente inadvertido.
«Messi es el mejor de todos los tiempos y hoy ha vuelto a hacer de las suyas, aunque cualquiera de los dos pudo ganar», consideró el timonel azulgrana, Luis Enrique.
El Barsa, que jugó sin el sancionado Neymar, también aspira a conquistar la Copa del Rey en la final del 27 de mayo frente al modesto Alavés, mientras que el Madrid sigue adelante en la Champions, donde enfrentará el 2 de mayo al vecino Atlético de Madrid. Los azulgranas reciben el miércoles al colista Osasuna por la 34ta fecha, mientras que el Madrid visitará al Deportivo La Coruña.
Finalmente la BBC que forman Gareth Bale, Karim Benzema y Cristiano arrancó de inicio en el Madrid, y Luis Enrique recurrió a Paco Alcácer para ejercer de Neymar; aunque formando dupla ofensiva junto al uruguayo Luis Suárez, permitiendo a Messi jugar a su aire en la línea de tres cuartos de cancha.
Pero Bale no aguantó el trajín del primer tiempo, en que los locales apretaron de inicio el acelerador hasta ponerse en ventaja con una jugada a balón parado, en que Marc-André ter Stegen midió mal el centro de Toni Kroos y posibilitó un segundo cruce de Marcelo, rematado al poste por Ramos y empujado desde el área chica por Casemiro.
Con Bale aún sobre la cancha, el Madrid dominó un buen rato la escena, forzando hasta tres buenas intervenciones del arquero azulgrana, la mejor ante un zapatazo de Cristiano, con bote traicionero.
La jugada inició en un codazo de Marcelo a Messi. El golpe provocó que el astro argentino se retirara momentáneamente para curar su herida en la boca ensangrentada. Mala idea tuvo el brasileño, pues la agresión activó definitivamente a «La Pulga», capaz de nivelar con un brutal cambio de ritmo cerca del área, acunando el pase horizontal de Rakitic, rebasando a un perplejo Dani Carvajal y rematando raso y con la zurda frente al costarricense Keylor Navas.
Igualado el marcador, Luka Modric obligó a Ter Stegen a volar de nuevo para interceptar su cañonazo desde la frontal, y acto seguido cayó Bale, quien dejó su lugar al talentoso Marco Asensio.
El portero alemán amplió su recital en la reanudación con una buena parada a un tiro lejano de Kroos y un pie providencial en cabezazo a bocajarro de Benzema.
Tampoco se quedó atrás Navas, ganador de un mano a mano con Alcácer y felino ante un testarazo limpio de Gerard Piqué y posterior volea a quemarropa de Suárez.
Con el Madrid insistente al contragolpe, la tuvo Asensio en un par de aventuras por la derecha, pero nuevamente el arquero barcelonista estuvo firme y posibilitó que su equipo, necesitado de la victoria, diera momentáneamente vuelta al marcador.
Lo hizo de forma insospechada, con un golpe de rabia de Rakitic desde posición lejana, al soltar un parábola con la zurda, imposible para Navas.
Sin nada que perder tras una entrada de Ramos a Messi que le valió la tarjeta roja directa y un nuevo milagro de Navas ante Piqué, Zidane dio cancha a James a falta de ocho minutos, y el colombiano respondió con un meritorio gol que brotó de un centro de Marcelo, desviado con la zurda.
Pero la última bala sería para Messi, dueño y señor de la escena y de la tabla de cañoneros su 31ra diana, un obús en carrera que dejó en la lona a Navas y abierta de par en par la liga.
«Su grandeza es que no deja de sorprendernos. Objetivo cumplido. Ahora ellos no pueden fallar», valoró Iniesta.
Y coincidió, solo en parte, Carvajal.
«La expulsión marcó el partido. Lo bueno es que seguimos dependiendo de nosotros mismos», subrayó el lateral.
En partidos previos de la jornada, la Real Sociedad derrotó 1-0 al Deportivo de La Coruña, el Betis se impuso 1-0 en cancha del Celta y Las Palmas y Alavés empataron 1-1.