La ciudad de Pachuca se ha caracterizado por un crecimiento urbano poco planificado. En algunas de sus calles se benefició la circulación vehicular a costa de eliminar los espacios adecuados para los transeúntes.
Estoy claro que eso ocurre en la mayoría de las grandes urbes; donde las necesidades de movilidad reclaman avenidas por las cuales el fluir de los vehículos sea constante. Sin embargo, también considero que esas urbes deberían de impulsar el uso de otros medios de transporte (no vehicular).
Bajo estos parámetros lo que ocurrió hace unos días en el muy transitado bulevar Colosio es un botón de muestra de lo anterior. De manera trágica, un hombre de 49 años de edad oriundo de Molango, perdió la vida al intentar cruzar por dicha calle.
La pérdida es lamentable pero lo más escandaloso es que el cuerpo del hoy occiso quedó justo en la puerta de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) federal, institución que es responsable de la construcción de puentes peatonales según se puede leer en su página oficial. No sólo eso. El edificio del costado lo ocupa una clínica del Seguro Social, al lado del nosocomio hay una escuela secundaria y una larga lista de instituciones educativas. Al frente, de donde cruzó el desafortunado vecino de Molango, se encuentra un centro comercial y – vaya paradoja – los servicios funerarios del mismo Seguro Social.
Pues en esa zona por increíble que parezca no hay un puente peatonal. No existe la posibilidad de cruzar la calle bajo ninguna circunstancia. Salvo que se quiera jugar la vida en ello.
En este sentido, es indispensable tener un mecanismo seguro que permita el traslado peatonal de un lugar al otro. Inclusive la propia SCT debería de procurar las condiciones necesarias para aquellos que quieran llegar a sus instalaciones sin tener que utilizar un vehículo.
Pero lejos de ese criterio, lo que vemos cada vez más son avenidas grandes capaces de dar cabida a mayor número de vehículos antes que procurar las mínimas condiciones de seguridad a los peatones que prefieren caminar por las calles de la congestionada bella airosa.
Vaya un llamado para las autoridades federales, estatales y municipales para que realicen un esfuerzo por planificar la ciudad y generar condiciones para todos aquellos que no se movilizan en un vehículo.
También, dentro de este paquete de peticiones, las autoridades deberían de regular la velocidad del transporte público que por condiciones propias de su trabajo convierten a las calles de la ciudad en verdaderas pistas de carreras. Aunado a la carencia de paraderos específicos adecuados para realizar su labor.
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