Son varias las señales y los mensajes por los que deduzco que la carrera por la candidatura del PAN al Ayuntamiento de Puebla -de cara al 2018- no es una competencia ni reñida ni parejera.

Veamos por qué.

Los aspirantes que disputan la estafeta azul por la capital son tres, no hay más: Mario Riestra Piña, Jorge Aguilar Chedraui y David Villanueva Lomelí.

El primero es secretario general del Ayuntamiento de Puebla, el segundo es líder del Congreso del Estado y el tercero es ni más ni menos que el titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE).

De entrada, los cargos públicos que encabezan los tres políticos son distintos y uno parece que da mucho más ventaja a su titular para poder placearse.

Y así es.

Porque el encargo que tiene Mario Riestra le permite tener mucho más movilidad y más contacto directo con la gente, tanto en horario laboral como en sus ratos libres.

Mario no tiene problema en acudir a invitaciones de cualquier tipo a lo largo de la capital, dígase comidas, inauguraciones, aniversarios y todo lo que tenga que ver con acciones del ayuntamiento.

Puede incluso realizar gestiones directas de los ciudadanos a la Comuna en materia de obra pública, servicio social y administrativo.

Su cartera y cargo incluso ya le dio para armar una estructura, con forma y fondo que abarca toda la ciudad.

Contrario a eso, tanto Jorge Aguilar como David Villanueva están más acotados en cuanto a sus encargos, porque aunque tienen oportunidad de realizar gestiones, en el caso del diputado, estas aterrizan de alguna forma en el municipio y en el conocimiento de Mario.

JACH, como le dicen al legislador panista, está más metido en la puja por ganar su candidatura a través de una negociación en la mesa.

En cambio, Mario Riestra parece que quiere ganarse la designación en la calle y con la gente.

Sus perfiles como políticos, además, son totalmente distintos.

Ni Jorge es como Mario, ni Mario es como Jorge.

Uno parece más sensible que el otro.

David Villanueva, en cambio, parece acotado en su encargo porque al final sólo a él directamente podrían adjudicarle las sanciones a ediles, regidores y demás funcionarios que tienen problemas con la comprobación de sus cuentas públicas.

David es de los de coscorrones.

Ni modo, le tocó ser el malo de la película y eso muchas veces no es bien visto por la sociedad.

David Villanueva, además, está considerado como parte de un acuerdo entre el ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas y el ahora embajador de México en Costa Rica, Melquiades Morales Flores, lo que le perjudica.

Y es que el cargo de David sería el resultado de las cuotas que el morenovallismo pagó al melquiadismo por su apoyo desde 2010 para lograr la candidatura al gobierno poblano.

Y aunque el yerno de Melquiades se ha sabido ganar su lugar porque ha sido muy capaz en la ASE, la coyuntura por la que es funcionario no le favorece en sus aspiraciones políticas.

Empero, el último de los elementos, tal vez el más importante y decisivo para la definición de la candidatura del PAN al gobierno de la ciudad, podría ser la simpatía del mandatario estatal, Tony Gali, por el mayor de los hermanos Riestra.

Esto desde luego que podría ser un factor definitivo y determinante en la puja, a pesar de las mediciones y del resultado de las encuestas que se realicen para definir al gallo azul.

Por supuesto habrá que saber con quién de los tres está la simpatía de la secretaria general del PAN, Martha Erika Alonso, quien de convertirse en la candidata al gobierno podría ser la encargada de perfilar a los abanderados.

Lo cierto es que hay algo que pocos o casi nadie ha mencionado con respecto al tema.

Y es que Rafael Moreno Valle pudiera haber inclinado ya la balanza para perfilar a Mario Riestra en un acuerdo con Tony.

Hagan sus apuestas, señores.

 

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Se llama Eduardo González Cortés y está en la puja por la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Ciudad Serdán, un municipio considerado un bastión priista que controlan los Morales.

Es, además, rector del Centro Universitario Hispana y parece que las mediciones lo favorecen.

Tanto que, a pesar del efecto Morena, él pudiera ser un factor decisivo en 2018 si es que Acción Nacional rechaza sus aspiraciones.

Por lo pronto, ya se mueve como candidato, habla como candidato y la gente lo ve como candidato en la región.

Por cierto que Eduardo Cortés, dicen, trae la bendición del mismísimo gobernador del estado, Tony Gali, para ser el gallo en Ciudad Serdán por el simple hecho de que apoyó con todo su campaña para llegar a Casa Puebla.

Ya veremos si tiene razón.

 

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