Los asaltos, robos y amenazas provocan que después de las 21 horas el Centro Histórico “se muera”, en detrimento de restaurantes, cafeterías, taquerías y de aquellos comerciantes que quisieran ampliar su horario de servicio.
“La inseguridad nos está afectando”, afirmó el restaurantero Jaime Ruiz Granados, quien se ve obligado a cerrar a esa hora, “primero, por el riesgo de ser asaltados, y segundo, porque el centro queda desierto, solo transitan, presurosos, los que acaban de trabajar o residen en la zona”, comentó.
Sólo permanecen abiertos restaurantes de hoteles en el centro, que registran movimiento de hospedaje después de las 21:00 horas, y alguna taquería.
“Antes de cerrar, echamos un ojo para ver si no hay personas o grupos sospechosos; luego bajamos la cortina apresuradamente y caminamos en grupo hasta encontrar transporte”.
Esta situación va en detrimento del comercio y los servicios en la zona, “pues en otras capitales de estado, como Querétaro o San Luis Potosí, es al caer la noche que se incrementan las actividades en las cafeterías al aire libre, en bares y restaurantes”, comentó el empresario.
Sin embargo en Pachuca el comerciante no quiere arriesgarse a ser asaltado; a ser lastimado él o sus empleados, así que al dar las 20:30 horas patrones y empleados se apuran para cerrar a las 21:00 horas, “puntualitos”.
Agradecen los comerciantes que a la hora del cierre circulan por el centro las camionetas de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, o caminan por las calles los uniformados en grupos de cuatro, “lo que nos da seguridad; sin embargo si no cerramos a tiempo, nos atenemos a las consecuencias”.