Pérdidas multimillonarias sigue causando al transporte público de carga, pasajeros y a automovilistas, las dificultades que enfrenta la empresa Eseasa, de Tampico, para transportar los cuatro coker-drum y cuatro faldones de Pemex de Altamira a Tula, y otros tantos destinados a la refinería de Salamanca, que ya lleva más de un año de retraso.

“Por lo que al transporte de carga pesada se refiere, este problema nos ha elevado entre 30 y 35 por ciento los costos”, afirmó el transportista Carlos Tellería, de la empresa Transportes Tellería, y ex presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) Hidalgo.

Pero los bloqueos originados por la transportación de estos reactores para producir el coker, que es el último derivado del petróleo y se usa como combustible en la industria cementera y acerera, no se limitan al transporte, sino al retraso también en la reconfiguración de las refinerías en el país.

“Es la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), la inmediata responsable de lo que ocurre, pues la obra le fue concesionada a ella, e ICA fue la que subcontrató a Eseasa para la transportación de los coker-drum”, afirmó el empresario.

La transportación de estos reactores de 600 toneladas de peso, 10.50 metros de ancho por 36 metros de largo, y de los faldones, con un peso de 350 toneladas, a resultado todo un reto en logística difícil de resolver para la empresa.

Ha ameritado retirar puentes peatonales y vehiculares que se desconoce cuándo volverán a reinstalarse, pues si bien llegaron a Tula los primeros cockers, falta la mitad de ellos.

Los daños causados por la inadecuada transportación de este equipo tan pesado incluyeron ya dejar a la ciudad de San Luis Potosí sin energía eléctrica por cinco horas.

“Son daños que finalmente pagaremos en su totalidad los mexicanos, vía impuestos, pues no los pagarán ni Pemex, ICA o Eseasa, eso podemos tenerlo por seguro”.