Los robos y asaltos al autotransporte de carga se han incrementado en lo que va del año en un 61 por ciento, elevando con ello hasta un 63 por ciento las tarifas del servicio en el país. Un fenómeno del que no escapa el autotransporte de carga hidalguense, aunque aquí las cifras no son tan elevadas, aseguró Carlos Tellería Beltrán, empresario del sector.
“En Hidalgo podemos decir que se mantienen cifras muy similares a las del año pasado en el autotransporte en general, pero lo que sí se ha disparado es el asalto a pipas cargadas con combustibles de Pemex”, afirmó el director de la empresa Transportes Tellería.
Con relación a las cifras nacionales, que señalan que la criminalidad ha incidido para que los costos de operación de los autotransportistas de carga se eleven entre un 15 y 20 por ciento, el empresario hidalguense subrayó que la inseguridad es uno de los costos más altos que registra este sector.
“En Hidalgo tenemos muy bien definidos los puntos más peligrosos para los transportistas, como son la zona de Palmillas, las inmediaciones de la refinería Miguel Hidalgo, en Tula, y los límites entre el estado de Hidalgo y Tizayuca”.
Subrayó el empresario que “cuando de criminalidad se trata, los fierros –vehículo y carga-, son lo de menos, lo importante es la vida, la seguridad de quien tripula”.
Esto es especialmente importante si se considera que el 80 por ciento del autotransporte de carga en Hidalgo está compuesto por “hombre-camión”, es decir, por aquellos que sólo poseen un camión y lo tripulan.
“Cuando son asaltados estos vehículos el transportista se queda sin su medio de vida; le resulta muy difícil hacerse de un nuevo vehículo. Sale muy afectado”.
Considera Tellería Beltrán que en Hidalgo la mayor criminalidad en el sector la resienten quienes transportan combustibles a Pemex, los que literalmente “son cazados” por los delincuentes.
Esto se propicia, consideró, porque se carece de suficiente vigilancia policiaca en las carreteras. “En especial en las zonas de mayor riesgo, en donde se suman dos factores: asaltos y pobre o nula vigilancia policíaca”.
Ante esta situación “pocos, por no decir ningún transportista se arriesga a llevar una carga que no esté asegurada”. Se toman además precauciones como viajar en caravana y evitar, lo más posible, realizar paradas a lo largo de la ruta, o pernoctar en sitios que no cuenten con vigilancia.