La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) desclasificó el jueves sus archivos de la época de la Segunda Guerra Mundial. Según develaron, la actividad nazi en el país buscó sabotear fábricas chilenas y destruir el Canal de Panamá.
Durante una ceremonia, el director de la PDI, Héctor Espinoza, entregó al Archivo Nacional los documentos empastados en cuatro libros dispuestos en una vitrina que abarcan el periodo 1937-1944.
La Directora del Archivo Nacional, Emma de Ramón, dijo que tomaron la decisión de poner los documentos en línea a disposición del público y que pueden garantizar que son “íntegros”, “originales” y “confiables”.
Espinoza señaló que la actividad de los agentes nazis “empezó a enquistarse en distintos ámbitos de la situación nacional que de haber prosperado en cuanto a los objetivos finales que perseguía, podría haber cambiado el curso no solo de la historia de Chile sino del mundo”.
“Sé que estamos haciendo historia… Pero creo no equivocarme al manifestar que los que realmente la modificaron fueron los integrantes del Departamento 50”, añadió el jefe policial.
El Departamento 50 fue la primera unidad de contrainteligencia de la PDI que “desarticuló dos grandes redes de espionaje nazi en Chile, y que además detuvo a los cabecillas del grupo de saboteadores que operaban en el puerto de Valparaíso, cuyo objetivo era la destrucción del Canal de Panamá”, se lee en la invitación a la transferencia de los documentos desde la PDI al Archivo Nacional.
El principal agente nazi en Chile fue el alemán Julio Alberto von Appen, fundador de la que después se convertiría en la poderosa empresa naviera, Ultramar, quien fue expulsado de Chile en 1945 por ser un “peligro” para el país, afirma el detallado libro “Chile y los Hombres del Tercer Reich”, de María Soledad de la Cerda, del año 2000.
La verdadera identidad de Von Appen fue descubierta por los hombres del Departamento 50, que estableció que fue el jefe del sabotaje marítimo en las costas del Pacífico, desbarató dos de sus redes y descubrió a otro espía nazi, su lugarteniente Boris Roberto Max Dreher.
El confeso militante del partido nazi llegó a Chile con su esposa y dos hijos en 1937. Ya detenido, en 1945 admitió a través del diario La Hora que “aquí en Chile fabriqué 12 bombas. La gran misión de todos los alemanes apostados en América era volar el canal de Panamá en la primera ocasión. Pero no se logró, ustedes lo han visto”.