Alemania aprobó el viernes una norma que busca eliminar el discurso de odio de las redes sociales. La iniciativa tendrá drásticas consecuencias sobre la libertad de expresión en internet, según sus críticos.

La medida está diseñada para hacer cumplir los límites a la libertad de expresión ya existentes en el país, incluyendo la prohibición de negar el Holocausto.

Entre otras cosas, se multará a las redes sociales con hasta 50 millones de euros (56 millones de dólares) si, de forma reiterada, no eliminan contenidos ilegales en el plazo de una semana, incluyendo “noticias falsas” difamatorias.

Los medios sociales no han podido evitar la utilización de sus plataformas para difundir opiniones incendiarias e información falsa, señaló el ministro de Justicia, Heiko Maas.

Expertos en derechos humanos y empresas de internet apuntaron que la ley podría privatizar el proceso de censura y podría afectar a la libertad de expresión.