Fuerzas iraquíes presionaban el lunes para recuperar la última parte de Mosul en la que milicianos del grupo extremista Estado Islámico se aferran a una pequeña franja de la Ciudad Vieja, al oeste del río Tigris, un día después de que el primer ministro visitará a los soldados para felicitarlos por la dura batalla.
Las fuerzas especiales, apoyadas de cerca con ataques aéreos de la coalición que lidera Estados Unidos, seguían avanzando y despejando territorio en el casco viejo, señaló su general de brigada Haider Fadhil.
Los comandantes iraquíes creen que cientos de combatientes de la milicia radical siguen en el barrio y utilizan a sus familias, incluidas mujeres y niños, como escudos humanos.
“No hay ninguna estimación fiable para los combatientes de Daesh y las familias que están atrapadas allí”, dijo el teniente general Abdul Ghani al–Asadi, comandante de las fuerzas especiales, empleando el acrónimo en árabe para el grupo EI.
Se cree que la mayoría de los civiles que quedan en la Ciudad Vieja son familiares de los milicianos, añadió, “pero no los acusaremos de nada… si no llevan armas, son civiles”.
Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, cayó en poder del grupo armado en 2014, cuando la milicia avanzó a gran velocidad sobre buena parte del noroeste de Irak y después declaró un califato en el territorio que controlaba en Irak y Siria.
Las fuerzas iraquíes lanzaron en octubre la operación para recuperar Mosul y comenzaron en junio la ofensiva sobre la Ciudad Vieja, la zona más densamente poblada de la ciudad.
Los soldados iraquíes celebraron el domingo los últimos progresos, aunque el primer ministro, Haider al-Abadi, no llegó a declarar una victoria completa.
En su visita a Mosul, Al-Abadi se reunió con comandantes de campo, besó bebés y visitó un mercado reabierto. Pero los bombardeos y el fuego de francotiradores continuaban en medio de las celebraciones, ante la persistente resistencia de los extremistas refugiados en un pequeño sector del casco viejo.
El área que controla el grupo EI en la ciudad se ha reducido a menos de un kilómetro (millas) cuadrada.
La dura batalla por Mosul ha dejado miles de muertos y más de 897.000 desplazados. El mes pasado, cuando las tropas iraquíes se centraban en la Ciudad Vieja, los milicianos destruyeron la mezquita de Al Nuri y su famoso minarete inclinado para impedir que las tropas iraquíes se anotaran victoria simbólica al recuperar el recinto.