La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, una organización que aspira a eliminar las armas atómicas a través de tratados internacionales, ganó el viernes el Nobel de la Paz.
El ICAN (por sus siglas en inglés), con sede en Ginebra, recibió el galardón de 1,1 millones de dólares porque “ha sido una fuerza instigadora para conseguir que las naciones del mundo prometan cooperar (…) en los esfuerzos de estigmatizar, prohibir y eliminar las armas nucleares”, dijo la presidenta del Comité Noruego del Nobel, Berit Reiss-Andersen, al anunciar el premio.
La distinción “envía un mensaje a todos los estados con armas nucleares y a todos los estados que contribuyen a la dependencia de las armas nucleares en materia de seguridad de que este es un comportamiento inaceptable”, dijo a la prensa en Ginebra Beatrice Fihn, directora ejecutiva de ICAN.
“No lo apoyaremos, no crearemos excusas para ello, no podemos amenazar con masacrar de forma indiscriminada a cientos de miles de civiles en nombre de la seguridad. Así no es como se construye la seguridad”, afirmó.
Fihn dijo que le había preocupado “que fuera una broma” cuando recibió una llamada minutos antes de que se anunciara el Nobel de la Paz. La activista dijo que no había podido creérselo hasta que oyó el nombre del grupo en televisión.
“Intentamos enviar señales muy claras a todos los estados con armas nucleares _Corea del Norte, Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña, Israel, todos ellos, India, Pakistán_ de que es inaceptable amenazar con matar a civiles”, dijo.
El premio se anunció en medio de crecientes tensiones por el agresivo desarrollo norcoreano de armas nucleares y las persistentes críticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a un acuerdo para limitar el programa nuclear iraní.
“El comité quiere enviar un mensaje a Corea del Norte y Estados Unidos de que tienen que negociar. El premio también es un apoyo en clave para el acuerdo nuclear con Irán. Creo que fue sabio porque reconocer el acuerdo iraní en sí se habría percibido como apoyo al estado iraní”, indicó Oeivind Stenersen, historiador especializado en el premio, a The Associated Press.
Reiss-Andersen señaló que se habían alcanzado prohibiciones similares para armas químicas y biológicas, minas terrestres y bombas racimo.
“Las armas nucleares son aún más destructivas, pero no han sido objeto de una prohibición legal internacional similar”, dijo.
La presidenta del comité dijo que “a través de su inspirador e innovador apoyo a las negociaciones de Naciones Unidas sobre un tratado que prohíba las armas nucleares, ICAN ha jugado un importante papel para conseguir lo que equivale en nuestra era a un congreso internacional de paz”.
Cuando los periodistas preguntaron a Reiss-Andersen si el galardón era básicamente simbólico, dado que no se han alcanzado medidas internacionales contra las armas nucleares, la presidenta respondió que “lo que no tendrá impacto es ser pasivos”.