Bruselas contará para finales del 2022 con un nuevo centro de arte moderno y contemporáneo multidisciplinario, elaborado en colaboración con el museo francés Centro Pompidou.

La asociación firmada a finales de 2017 por el ministro-presidente de la región bruselense, Rudi Vervoort, y el presidente de la entidad museística francesa, Serge Lasvignes, tiene una duración inicial de diez años.

El Centro Pompidou participará en la concepción del proyecto cultural y científico del nuevo polo y ayudará a elaborar su estrategia de adquisición de piezas para la formación de una colección permanente, explicó Lasvignes.

También se dispone a prestarle por cinco años algunas de las 120 mil obras de su propia colección, que alimentarán un espacio de ocho mil metros cuadrados dedicado a la exposición permanente.

Otros cuatro mil metros cuadrados serán reservados para exposiciones temporales.

El museo belga de arte moderno y contemporáneo ocupará un viejo edificio del fabricante de autos Citroën, ubicado al borde canal de Bruselas, en una antigua zona industrial hoy decadente entre los barrios de Anderlecht y Molenbeek.

El local fue adquirido por el gobierno regional de Bruselas por 20.5 millones de euros en octubre de 2015, con la ambición de convertirlo en un “polo cultural de relevancia mundial”.

Las obras para revitalizar la nave industrial de la década de 1930, que deberán costar unos 140 millones de euros, no arrancan hasta mediados de 2019.

No obstante, a partir del próximo 5 de mayo el local, por muchos años abandonado, acogerá una exposición temporal con obras de artistas activos en Bélgica que conformarán la futura colección del museo en gestación, aún sin nombre definido.