En Acapulco, Guerrro, cuatro reporteros de diferentes medios fueron agredidos fisicamente y encañonados por elementos de la Policía Estatal, cuando los reporteros documentaban un operativo de desarme de la Policía Comunitaria de la comunidad de Cacahuatepec.
El fotógrafo Bernardino Hernández, de AP y Cuartoscuro; Jacob Morales, del periódico El Sur; Rubén Santiago, de La Jornada; Sergio Robles de Quadratín; y el reportero Jorge Torres, fueron las víctimas de la agresión cuando hacían su trabajo periodístico.
El hecho se dio cuando documentaban abusos policiales en contra de la policía comunitaria adherida a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), que comandaba Marco Antonio Suástegui, también líder del Consejo de Comunidades y Ejidos Opositores a la Presa la Parota (CECOP).
Bernardino Hernández fue severamente golpeado, su equipo de trabajo fue dañado, le quitaron las memorias con el material documentado y fue amenazado.
“A mi me vale madres, aquí te vas a morir si no me das tu cámara”, le dijeron elementos de la Policía Estatal. “Me vale madres para quien trabajes, a ti te vamos a desaparecer”, le respondieron cuando el periodista les mencionó los medios para los que colabora.
De acuerdo con el testimonio de Jacob Morales, en cuanto comenzó el desarme y el sometimiento de los policías comunitarios, los policías estatales mostraron una actitud hostil en contra de los comunicadores tratando de impedir en todo momento que el hecho se documentara.
Bernardino Hernández y Rubén Santiago se encontraban dentro de un corral, donde tres comunitarios habían sido asesinados por la Policía Estatal; de ahí fueron sacados a golpes y empujones.
Durante el enfrentamiento armado, los reporteros se refugiaban detrás de sus vehículos, cuando fueron encañonados por la policía, y a decir de los que estaban presentes, estuvieron a punto de dispararles, de no haber sido por los gritos del resto de los reporteros.
Tras el desarme, y pasado el momento álgido del operativo, los reporteros reclamaron al comandante de la Policía, esta serie de agresiones, quien respondió nuevamente con insultos y amenazas.
El grupo de comunicadores regresaron al Puerto de Acapulco, donde el Fiscal General del Estado, Xavier Olea Peláez, ofrecía una conferencia de prensa y ahí llegaron para exigir una investigación inmediata por esta serie de abusos y agresiones contra la prensa.