El empresario Carlos Slim Helú pidió no detener la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), pues consideró que transformará la vida de cinco millones de mexicanos que viven en la zona “más degradada” de la capital del país.

En conferencia de prensa este lunes, el propietario de Teléfonos de México (Telmex) aseguró que “en mi vida he visto un proyecto que pueda tener tanto impacto económico en un área como lo es el Nuevo Aeropuerto; es un gran detonador, sólo lo puedo comparar con el Canal de Panamá«.

Slim Helú, cuyas empresas participan en la construcción del proyecto más importante de la administración de Enrique Peña Nieto, detalló que la decisión de construirlo “se tomó desde el gobierno del presidente Fox, ahorita no veo por qué se discute. Suspender el NAIM es suspender el crecimiento del país… ahora que si hay problemas de deshonestidad, pues que se castigue”, dijo en referencia a las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador sobre cancelar la obra.

Consideró que no se debe discutir si cuesta más o menos que otro ni la inversión que se hará, “sino qué efecto va a tener la inversión”, pues calculó que “hay 60 mil millones de pesos en sueldos y salarios para la población local, que se le está dando la oportunidad de trabajar”.

Asimismo, señaló que la construcción de esta obra de infraestructura “demandará 120 mil millones de pesos en la compra insumos nacionales”.

Los argumentos

Sobre al argumento de que el Nuevo Aeropuerto se hundirá, el también dueño de América Móvil advirtió que “todo el Valle de México se está hundiendo, pero hay que dejar de sobreexplotar el acuífero y buscar que el 40 por ciento del agua de lluvias se pierda, hacer lagunas de infiltración, construir dos presas de infiltración en la zona”.

De acuerdo con Slim Helú, “el aeropuerto es la tarjeta de presentación de un país… Es muy importante ver un aeropuerto de calidad y clase mundial, donde se vea que hay ahí un país con idea del desarrollo”.

Agregó que la obra da oportunidad de invertir a los fondos de pensiones, y no sólo tenerlas en Cetes [Certificados de la Tesorería], pues así aumentaría su rendimiento.

Finalmente, admitió que la obra pública se tarda más que la concesionada, por la burocracia y la regulación, por ello es necesaria la participación de los privados.

Lo que necesita México es inversión, inversión y más inversión, porque si no hay inversión hay estancamiento y menos empleos”.

Cabe señalar que su empresa CICSA, en consorcio con otras constructoras, ganó la construcción de la Pista 3 del nuevo aeropuerto y también la edificación de la terminal del NAIM, contratos que suponen el 51 por ciento de las obras del nuevo aeropuerto y juntos equivalen a una inversión de 92 mil millones de pesos.