La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió por unanimidad aumentar el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 25 puntos base, a un nivel de 7.75 por ciento, pues algunos riesgos para la inflación han comenzado a materializarse.

En su cuarto anuncio de política monetaria del año apuntó que se ha acrecentado el riesgo de que la inflación presente un ritmo más lento de convergencia a su objetivo que el previsto anteriormente, lo que podría retrasar el logro del objetivo de 3.0 por ciento de no modificarse la postura monetaria.

Así, el instituto central decidió elevar la tasa de referencia de 7.50 a 7.75 por ciento, su mayor nivel en poco más de nueve años, en línea con lo esperado por el consenso del mercado y con la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, que el 13 de junio pasado elevó la tasa de fondos federales.

Señaló que la inflación general anual en México continuó disminuyendo, al pasar de 4.55 por ciento en abril a 4.51 por ciento en mayo, y destacó que la reducción registrada en los primeros cinco meses de 2018 es congruente con la trayectoria convergente hacia su meta prevista en su último Informe Trimestral.

“No obstante, algunos de los riesgos al alza para la inflación señalados por este instituto central han comenzado a materializarse”, precisó.

En particular, refirió, se ha observado una mayor depreciación del tipo de cambio y presiones sobre los precios de las gasolinas y del gas L.P. asociadas a incrementos en sus referencias internacionales, y “en caso de persistir estos factores se afectaría el ritmo de disminución de la inflación”

En cuanto a los aranceles impuestos por Estados Unidos y las medidas equivalentes anunciadas recientemente por México, se estima que su impacto sobre la inflación sea acotado y de corta duración, mencionó.

Tomando en cuenta esto, consideró que se ha acrecentado el riesgo de que la inflación presente un ritmo más lento de convergencia a su objetivo que el previsto anteriormente, lo que podría retrasar el logro del objetivo de 3.0 por ciento, de no modificarse la postura monetaria.

En su anuncio de política monetaria, el Banxico comentó que este escenario continúa sujeto a riesgos y a una marcada incertidumbre.

Entre los principales riesgos al alza destacó que la cotización de la moneda nacional continúe presionada en respuesta al entorno de mayores tasas de interés externas y de fortaleza del dólar, así como a la incertidumbre asociada a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y al proceso electoral del presente año.

Al respecto, aclaró que en caso de que la economía enfrente un escenario que requiera un ajuste del tipo de cambio real, Banxico estará atento a que este se dé de manera ordenada y sin efectos de segundo orden sobre el proceso de formación de precios.

Por otro lado, mencionó que persiste el riesgo de continuar enfrentando presiones al alza en los precios de algunos energéticos o de enfrentar choques en los precios de los bienes agropecuarios.

Además, considerando las condiciones cíclicas de la economía, la evolución de los costos unitarios de la mano de obra podría presionar a la inflación.

En cuanto a los riesgos a la baja que podrían presentarse, resaltó una posible apreciación de la moneda nacional en caso de que se alcanzara un resultado favorable en las negociaciones del TLCAN.

En suma, el balance de riesgos respecto a la trayectoria esperada para la inflación se deterioró desde la última decisión de política monetaria y mantiene un sesgo al alza, en un entorno de marcada incertidumbre, abundó.

Comentó que para guiar sus acciones de política monetaria, la Junta de Gobierno del banco central da seguimiento cercano a la evolución de la inflación respecto a su trayectoria prevista.

Esto, considerando la postura monetaria adoptada y el horizonte en el que ésta opera, así como la información disponible de los determinantes de la inflación y sus expectativas de mediano y largo plazos, incluyendo el balance de riesgos para estos.

Así, la Junta de Gobierno agregó que hacia adelante mantendrá una postura monetaria prudente y continuará dando un seguimiento especial al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios, a la posición monetaria relativa entre México y Estados Unidos y a la evolución de las condiciones de holgura en la economía.

Ante la presencia y posible persistencia de factores que, por su naturaleza, impliquen un riesgo para la inflación y sus expectativas, la política monetaria se ajustará de manera oportuna y firme para lograr la convergencia de esta a su objetivo de 3.0 por ciento y fortalecer el anclaje de las expectativas de inflación de mediano y largo plazos, para que estas alcancen dicha meta, anotó.

En cuanto a la actividad económica de México, señaló que en el primer trimestre de 2018 continuó mostrando una reactivación, incluso a un ritmo mayor al observado en el trimestre previo, lo cual condujo a cierto estrechamiento en las condiciones de holgura de la economía.

Si bien, como se anticipaba, los indicadores oportunos para el segundo trimestre sugieren cierta desaceleración de la actividad económica, se mantiene la previsión para el año, agregó el instituto central

Al respecto, ante la incertidumbre derivada del complejo entorno que enfrenta la economía, se considera que el balance de riesgos para su crecimiento continúa sesgado a la baja, mencionó.