En Luganda, uno de los idiomas que se hablan en Uganda, wetaase significa sálvame. Es el nombre de una plataforma digital, una especie de flotador virtual al que se pueden aferrar los náufragos que corren el riesgo de ser engullidos por la corriente de la trata de seres humanos. Wetaase es el nombre que Pollicy, una organización ugandesa ha elegido para una herramienta de lucha contra el tráfico de personas. Aunque no hay datos rigurosos, los impulsores de la iniciativa señalan que no hay un ugandés o una ugandesa que no conozca la historia de alguien que ha caído en una red de explotación durante su proceso de migración. En forma de trabajo o de explotación sexual.
En países de Oriente Medio, la península arábiga o del Extremo Oriente, muchos africanos que migran con promesas de empleo y estabilidad se encuentran con una realidad de trabajo esclavo, agravado por la retirada de la documentación, las deudas fantasma contraídas durante el viaje, la incomunicación y la invisibilización por parte de las autoridades locales. En contadas ocasiones, esos casos abofetean a la opinión pública, habitualmente cuando hay muertos que no pueden ser ocultados. Cada vez más organizaciones intentan brindar un apoyo a esas víctimas. Wetaase responde a esa misma dinámica y trata de extraer todas las ventajas de los canales de comunicación digitales y convertir los datos en una herramienta de lucha.
Neema Iyer, directora de Pollicy, explica: “El objetivo de Wetaase es proporcionar información vital sobre la migración segura y sobre el riesgo de la trata de personas, ofrecer asesoramiento legal y facilitar el apoyo a las víctimas a través de nuestros canales y las asociaciones con las que trabajamos”. El segundo objetivo de la plataforma es “mejorar la manera en la que se recopilan los datos sobre el tráfico de personas y en la que se gestionan para promover políticas de lucha más adecuadas y más eficaces”. Moses Binoga, coordinador de la oficina de prevención del tráfico de personas en Uganda, reconoció recientemente que durante 2017 se registraron 335 casos de trata, aunque precisó que esa cifra es solo la punta del iceberg.
En 2012 nació la Uganda Coalition Against Trafficking in Persons (UCATIP). “A través de estas organizaciones podemos derivar a las personas que se dirigen a nosotros a un servicio de apoyo psicosocial, a asistencia legal, a programas de reintegración y a los servicios de rescate de personas que están atrapadas por esas redes en este mismo momento”, detalla Esther Ndagire, responsable de proyecto de Wetaase.
La aportación de Wetaase es haber multiplicado las posibilidades de comunicación y de acceso a esa información y haber puesto en marcha canales nuevos de información y de sensibilización. Basta un mensaje a través de la aplicación de mensajería instantánea de Facebook para ponerse en contacto con la plataforma. Entonces un operador se comunica inmediatamente con el usuario, identifica el problema y le deriva a la organización o el servicio de la red que puede darle la solución. Lo mismo ocurre a través de los mensajes SMS o de la línea de teléfono gratuita. Todos canales de comunicación sencillos y relativamente accesibles.
Algo así ocurrió con Stephen Tukesiga, un ciudadano que después de pasar por una experiencia negativa de migración y de fraude en la contratación en Abu Dabi, quiso compartir su historia. Él vio a muchos compatriotas quedarse atrapados en los Emiratos Árabes Unidos. Contó su periplo en el portal Stories for Human Rights & Social Inclusion.
Neema Iyer cuenta algunos de los casos: “Recientemente llegó hasta nosotras una mujer que pedía ayuda para su cuñada. Nos explicó que estaba en Jordania y que estaba teniendo una mala experiencia con su empleador. Pudimos contactar con una organización internacional que tiene una oficina allí. La mujer fue encontrada y optó por volver casa, así que Wetaase contactó con otra organización que facilitó su regreso. Llegó a casa sana y salva».
La otra línea de trabajo se centra en la prevención, en la información y la sensibilización. “En una encuesta reciente en Kampala, el 77% dijo que no tenía acceso a información sobre migración segura, mientras que el 93% dijo que utilizaría un servicio de información así. Wetaase intenta cerrar la brecha al mismo tiempo que se recopilan los datos, para informar sobre los mitos y las dinámicas del tráfico en Uganda”.
Wetaase ha recurrido a los relatos prácticos y sencillos para transmitir las señales de alerta que deberían hacer desconfiar al usuario de una oferta de trabajo excesivamente reluciente. Bajo la leyenda Cómo ocurre, un cómic relata en la web de la organización la historia de Alice, una graduada universitaria que cae en las redes de una organización que acaba explotándola sexualmente. La plataforma también usa las redes sociales, algo que les permite llegar a los jóvenes y utilizar lenguas nacionales y otros códigos que no pasan exclusivamente por la lectura.
Las responsables de Wetaase han depositado la esperanza de una prevención eficaz del tráfico de seres humanos en la gestión de los datos. “Definitivamente”, concluye Esther Ndagire, “estamos convencidas de que los datos que procesamos, analizamos y compartimos nos permitirán detectar comportamientos de riesgo o patrones en este fenómeno de la trata de personas y esa información tendrá un gran impacto en la lucha preventiva contra el tráfico de seres humanos en Uganda en el futuro”.