Cuando dejas tu celular por unos minutos para ir al baño puede convertirse en el momento idóneo para que cualquiera que esté contigo lo tome y se haga de cualquier conversación de WhatsApp, sin importar que la información esté cifrada o cualquier otro método de seguridad que la aplicación tenga.
Bastan solamente dos minutos, o menos, para que puedan acceder al chat de su interés y exporten su contenido, ya sea con o sin archivos adjuntos, y se lo reenvíen desde la misma aplicación, por correo o por cualquier otra app.
El siguiente paso, después de haber enviado el archivo de la conversación es borrar cualquier evidencia. Si fue desde el propio WhatsApp, eliminar el mensaje; por correo, limpiar los elementos enviados, y así sucesivamente dependiendo del medio por el que lo enviaran. De esta forma, quien se haya hecho de tu conversación podrá leerla con total calma en otro momento y sin el pendiente de que tú vuelvas y lo sorprendas buscando entre tus mensajes.
Ante esto, solo queda el dilema moral y ético al realizar estas prácticas. Además, mucho se ha hablado de la privacidad en internet y la protección de datos, pero hasta ahora nada nos protege de un robo físico. Lo único que puedes hacer, no dejar tu teléfono móvil tanto tiempo solo.