Se ha oficializado que Rusia ha iniciado el proceso para equiparse de un servicio de Internet totalmente soberano, el cual será capaz de cumplir sus funciones de forma independiente en caso de que el país rompa comunicaciones con servidores mundiales, pero asimismo, también con el fin de aumentar el control sobre esta red.

Los rusos han causado controversia por bloqueo de contenidos como páginas relacionadas con oposiciones políticas, así como también como a servicios que no cooperan con el gobierno; un ejemplo, plataformas como Linked In o Telegram.

Este proyecto de ley, votado por mayoría en la cámara baja del Parlamento, maneja una serie de medidas para garantizar el funcionamiento del segmento ruso de este servicio, y asimismo, protegerlo de ataques cibernéticos.

El proyecto se defiende bajo el argumento de que es una forma de responder a la estrategia de Estados Unidos en materia de seguridad cibernética implementada desde 2018, siendo para ellos una amenaza.

También, de acuerdo al planteamiento del proyecto, este prevé una infraestructura que asegure el funcionamiento de los recursos de Internet del país en caso de que operadores rusos no puedan conectarse a servidores extranjeros.

Asimismo, también se menciona que los suministradores del servicio en Rusia deberán garantizar la aplicación en sus redes de medio técnicos que permitan controlar de forma centralizada el tráfico para evitar posibles amenazas.