La Organización de Estados Americanos (OEA) pidió este martes que las nuevas elecciones en Bolivia sean lo antes posible para aportar en la pacificación del país, que lleva cuatro semanas de convulsión política y social.

Se deben dar “las garantías básicas para que no vuelva a darse una situación como se dio en las pasadas elecciones”, dijo Rodolfo Piza, representante de la OEA, luego de reunirse con la presidenta interina, Jeanine Áñez.

Piza hizo referencia a las elecciones del 20 de octubre de las que el expresidente Evo Morales se proclamó ganador en medio de denuncias de fraude.

Poco después, una auditoría de la OEA sobre el conteo de votos encontró irregularidades y concluyó que se debían convocar nuevos comicios. La radicalización de las protestas por el resultado electoral y la presión de la policía y las fuerzas armadas llevaron a Morales a renunciar a la presidencia de Bolivia el 10 de noviembre y asilarse en México.

Piza explicó que llegó al país para reunirse con todos los sectores -incluida la bancada del partido de Morales- y que el jueves dará sus recomendaciones.

Que llegue la delegación de la OEA es un paso muy importante porque son personas que saben del proceso electoral así que a esperar sus recomendaciones”, dijo el senador Óscar Ortiz, del partido de Áñez.

En la bancada del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, buscaban sesionar esta tarde para elegir a los vocales que administrarían las elecciones.

Brígida Quiroga, diputada por el MAS, dijo a la agencia AP que se quedaron en la Asamblea a dormir para sesionar.

Nosotros queremos llevar la paz, queremos garantizar unas elecciones limpias, eso es lo que más queremos”, agregó.

En tanto, la Iglesia católica convocó a un diálogo a todos los sectores políticos junto al enviado de las Naciones Unidas, Jean Arnault, y el embajador de la Unión Europa, León de La Torre, con el objetivo de encontrar una solución a la crisis.

Mientras tanto continuaban las marchas de campesinos en La Paz y otras ciudades a favor del retorno de Morales y los bloqueos de carreteras comenzaban a provocar escasez de alimentos y gasolina.

En La Paz, una de las ciudades más perjudicadas por las protestas en Bolivia, un convoy de carburantes fue escoltado por la policía para paliar la escasez que la dejó casi sin transporte.

Las violentas manifestaciones han provocado 24 muertes. La última ocurrió la víspera al fallecer un sargento que había sido fuertemente golpeado tras permanecer varios días internado en un hospital, informó la policía.

La semana pasada se produjo la muerte de nueve cocaleros seguidores del expresidente Morales a manos de las fuerzas de seguridad. El viernes se vivió una de las jornadas más violentas, que puso en entredicho el llamado a la paz que formuló la autoproclamada mandataria Áñez.