Manuel Marrero Cruz, quien hasta la fecha se desempeñaba al frente del estratégico sector del turismo, fue designado este sábado como primer ministro de Cuba. La figura de premier reapareció en la nueva Constitución cubana, vigente desde abril, y forma parte de un rediseño del gobierno en la isla que no implica cambios en su modelo político.

A lo largo de su trayectoria laboral se ha caracterizado por su modestia, honestidad, capacidad de trabajo, sensibilidad política, fidelidad al Partido (Comunista de Cuba) y a la revolución”, dijo el presidente, Miguel Díaz-Canel, ante el pleno de diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el Parlamente unicameral al nominar a Marrero Cruz.

El último funcionario con rango de primer ministro fue el fallecido líder, Fidel Castro, hasta que la Carta Magna de 1976 la eliminó.

Los parlamentarios aprobaron la designación de Marrero Cruz, así como la de varios viceprimeros ministros y el Consejo de Ministros que los acompañará. La sesión fue transmitida por la televisión local.

Según la Carta Magna, Marrero Cruz se convertirá en la mano derecha ejecutiva de Díaz-Canel. Será responsable de coordinar el gabinete, el Consejo de Ministros.

Por su labor, Marrero Cruz también tuvo un importante papel en las negociaciones de Cuba con empresarios de multinacionales extranjeras asentadas en la isla, como las cadenas hoteleras Meliá, Iberostar o NH.

Gran parte de los ministros del gabinete con el cual ha trabajado Díaz-Canel hasta ahora retuvieron sus puestos, como el canciller, Bruno Rodríguez, el titular del Interior, Julio César Gandarilla, o el de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, Leopoldo Cintra Frías.

Las propias autoridades de la isla insistieron en que el rediseño del ejecutivo buscará darle una forma más colectiva al gobierno, luego de los mandatos personalistas de la “generación histórica” encabezada por Fidel Castro.

Durante las discusiones populares para sancionar la Carta Magna, muchas personas pidieron que se instaurara el voto directo para los cargos más altos, como el de presidente, pero la propuesta no fue aceptada. La decisión de designar al premier de entre los parlamentarios le dará continuidad a la línea ideológica del modelo actual.

El mandato del premier será de cinco años y tendrá a su cargo también controlar el trabajo de los nuevos gobernadores de provincia, otro cargo de nueva creación.

La sesión parlamentaria concluyó con un discurso de Díaz-Canel, en el cual denunció el recrudecimiento de las sanciones de la administración del magnate de Estados Unidos, Donald Trump, para presionar por un cambio de modelo en la isla, algo que tuvo un fuerte impacto en la población este año, con la reducción de turistas que dejan ingresos a muchos empresarios privados en la isla o el desabasto de alimentos o de combustible.