La agencia supervisora laboral de Perú multó con 254 mil dólares a la cadena de comida rápida McDonalds por cometer infracciones muy graves que provocaron la muerte de dos trabajadores en un restaurante de la cadena en Lima.
La dependencia dijo en un comunicado que Arcos Dorados, dueña de la franquicia, conocía los desperfectos de una máquina dispensadora de bebidas y que no fueron solucionados.
Carlos Campos y Alexandra Porras, de 19 y 18 años respectivamente, murieron el 15 de diciembre tras una descarga eléctrica de la máquina.
Otra infracción hallada por la autoridad laboral fue que la empresa no había advertido a los trabajadores de los riesgos que implicaban sus puestos de trabajo.
El fallecimiento de los jóvenes, que juntaban dinero para estudiar, destapó la precariedad del sistema laboral peruano incluso en franquicias globales asentadas en Perú como McDonalds.
Jhoana Inga, la madre de Alexandra, dijo a la televisora local América que su hija le contó que “los explotaban mucho” y que cuando querían descansar debían hacerlo de pie.
Walter Bedriñana, defensor de uno de los fallecidos, dijo a la prensa que Campos y Porras no tenían botas ni guantes para realizar la limpieza del piso de la cocina donde se produjo la fatal descarga eléctrica.
La agencia AP preguntó en un correo electrónico a Arcos Dorados si iba a pagar la multa o apelarla, pero no obtuvo una respuesta.
De acuerdo con su sitio de internet Arcos Dorados tiene el derecho exclusivo a poseer, operar y otorgar franquicias de locales McDonalds en 20 países y territorios de América Latina y el Caribe.