Hong Kong anunció el martes la suspensión de todas las conexiones ferroviarias con la China continental, mientras Estados Unidos y otros gobiernos se preparaban para sacar a sus ciudadanos de la aislada ciudad china donde se originó el brote del coronavirus que ha matado ya a más de 100 personas.
Con una mascarilla quirúrgica verde, la líder de Hong Kong, Carrie Lam, dijo en una conferencia de prensa que el servicio de trenes se detendrá a medianoche del jueves y que las dos estaciones que conectan el territorio semiautónomo chino con el continental, se cerrarán.
Lam no decretó el cierre total de la frontera, como sí hicieron Corea del Norte y Mongolia, pero señaló que los vuelos desde la China continental se reducirían.
La cifra de fallecidos por la nueva enfermedad vírica alcanzó las 106 personas, entre las que se incluye la primera víctima registrada en la capital de China, Beijing, el lunes y otras 24 en la provincia de Hubei, donde se detectó el coronavirus por primera vez en diciembre.
Las bolsas asiáticas cotizaron a la baja por segundo día, arrastradas por las preocupaciones sobre el impacto económico global del coronavirus.
El consulado de Estados Unidos en Wuhan, una ciudad del centro del país que está en cuarentena desde el 22 de enero en un intento por contener la enfermedad, se preparaba para evacuar a sus diplomáticos y a otros estadounidenses el miércoles. Japón, Francia, Mongolia y otros gobiernos se alistaban para seguir sus pasos.
Las autoridades de salud de Estados Unidos ampliaron su recomendación para evitar viajes no esenciales a cualquier parte de China, y no sólo a Wuhan y a otras áreas afectadas por el brote.
Las medidas de contención adoptadas por China, que son cada vez más estrictas, comenzaron con la suspensión de los viajes de avión, tren y bus en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes. La cuarentena se amplió a 17 ciudades, con una población total de más de 50 millones de personas, en el dispositivo de control de enfermedades más grande de la historia.
Beijing amplió las vacaciones por el Año Nuevo Lunar en tres días, hasta el domingo, para reducir el riesgo de contagio al hacer que la población se quede en sus casas por el cierre de oficinas y fábricas en todo el país. El gobierno de Shanghái, un importante centro financiero con 25 millones de habitantes, amplió las vacaciones en una semana más, hasta el 9 de febrero.
El lunes se confirmaron 1.771 nuevos casos en China, lo que elevó el total nacional subió a 4.515, según la Comisión Nacional de Salud. De los afectados, 976 personas estaban graves.
El gobierno envió a 6.000 trabajadores sanitados más a Wuhan desde otras partes del país, de los cuales 1.800 llegarán el martes, dijo un funcionario de la comisión, Jiao Yahui, en una conferencia de prensa.
Por otra parte, el Ministerio de Educación chino canceló exámenes de inglés y otras pruebas para estudiantes que quieran inscribirse en universidades extranjeras. Las escuelas públicas y universidades demorarán el reinicio de las clases después del Año Nuevo Lunar hasta nuevo aviso, agregó.
El gobierno de Hong Kong anunció que algunas oficinas gubernamentales seguirán cerradas al menos hasta el lunes y funcionarios no esenciales podrán trabajar desde sus casas.
China reportó ocho casos en Hong Kong y cinco en Macao, y en todo el mundo se registraron más de 45, casi todos con turistas chinos o gente que visitó Wuhan.
Taiwán confirmó el martes que dos turistas de 70 años procedentes de Wuhan padecían la enfermedad, elevando a siete el número de casos en el país. Tailandia señaló que seis miembros de una misma familia de Hubei tenían el coronavirus, para un total de 14 afectados.
Alemania confirmó su primer caso el lunes en la noche. También se han identificado pacientes en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Vietnam, Singapur, Malasia, Nepal, Francia, Canadá, Australia y Sri Lanka.