En días recientes, países nórdicos registraron un inusual pequeño aumento de los niveles de radioactividad de origen humano; aunque su origen se detectó en algún punto de Rusia, este país negó haber provocado este fenómeno.

La dispersión de radioactividad fue notificada por estaciones detectoras de Finlandia, Suecia y Noruega, además de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCE), cuyo director, Lassina Zerbo, publicó en Twitter un mapa con la zona del probable origen de la fuente.

La zona afectada comprende el sur de Suecia, la mitad sur de Finlandia, Estonia, Letonia, así como una amplia zona que rodea la frontera noroeste de Rusia, incluido San Petersburgo.

Aunque el organismo pudo puntualizar que se trataba de una radiación de origen civil, aunque no determinó el origen geográfico exacto de la fuga.

No obstante, el ente público ruso de electricidad nuclear, Rosenergoatom, se pronunció para negar que sus dos centrales en la región hayan sido las responsables.

«No se registró ninguna anomalía en las centrales nucleares Leningradskaya y Kolskaya«, declaró un portavoz a las agencias rusas.

Las emisiones «no superaron los valores de control para el período indicado (…) no hubo ningún incidente relacionado con emisiones» mayores a los niveles establecidos, añadió.

Según cálculos del Instituto holandés de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM), «los radionucleidos provienen de Rusia occidental» aunque las mediciones no permiten identificar la localización exacta.

Les nucleidos registrados son artificiales y por lo tanto de origen humano, y su composición «puede indicar daños en un elemento combustible en una central nuclear«, subrayó.