Las autoridades de Mauricio se hallan inmersas este martes en una carrera urgente para vaciar cuanto antes de combustible el barco varado frente a la isla antes de que se parta en dos, lo que provocaría un gran desastre ecológico.
«Es una carrera contrarreloj y no hay excusa para no tener éxito«, declaró a la agencia Efe por teléfono Mokshanand Sunil Dowarkasing, asesor ambiental en Mauricio, una isla paradisiaca del océano Índico situada al este de Madagascar.
Helicópteros y buques cisterna se han desplegado en la costa este del país insular para sacar el combustible que queda en el granelero MV Wakashio, de propiedad japonesa y bandera de Panamá, que permanece encallado en una barrera de coral en la zona de Pointe d’Esny desde el pasado 25 de julio.
“Desde ayer, las operaciones han tomado otra dimensión porque el gobierno ha conseguido un barco cisterna que tiene capacidad para unas 5 mil toneladas métricas (de la corporación estatal india Indian Oil), que ha sido colocado muy cerca del MV Wakashio, y empezaron a vaciar un tanque (del granelero)”, señaló Dowarkasing.
«No sé cuánto durará esa operación, pero espero que termine muy pronto porque es cada vez más evidente que el barco se romperá en dos«, subrayó el experto.
El buque de Indian Oil “trabajará en sacar el petróleo de los dos tanques que no se han derramado. El equipo de salvamento está en el barco y su tripulación a bordo. Hay mucho movimiento en él. Cuanto antes retiren el petróleo, mejor. La amenaza de la ruptura sigue ahí”, precisó a Efe el portavoz de Greenpeace Africa, Tal Harris.
“La principal preocupación sigue siendo que el barco se rompa en dos partes. Todavía hay 2 mil 500 toneladas métricas de combustible a bordo que se están retirando gradualmente, pero no lo suficientemente rápido”, aseveró Harris.
Asimismo, la retirada del combustible se ha intensificado con la ayuda de Emiratos Árabes Unidos, Holanda y Japón, que han ofrecido asistencia adicional a la de Francia, ya presente en la zona.
En el momento del accidente, el MV Wakashio, que viajaba desde China a Brasil, no transportaba carga, pero se estima que aún llevaba más de 200 toneladas de diésel y 3 mil 800 de fueloil para consumo propio.
La tripulación, integrada por una veintena de personas, fue evacuada.
Este vertido está considerado ya una de las peores crisis de la historia de la isla, famosa por sus aguas cristalinas, albuferas y playas paradisiacas.