Estados Unidos trasladó este martes al resto de miembros del Consejo de Seguridad de la ONU un nuevo borrador de resolución para prorrogar el embargo de armas sobre Irán, que expira en octubre, en un intento por recabar más apoyos para una iniciativa que parece abocada al fracaso.

El documento, mucho más breve y directo, propone extender la medida de forma indefinida, “hasta que el Consejo de Seguridad decida” ponerle fin, según fuentes diplomáticas.

El texto consta únicamente de cuatro párrafos y contrasta con el primero circulado por Estados Unidos, que se extendía durante varias páginas.

La esencia, sin embargo, sigue siendo la misma: una prórroga indefinida del embargo armamentístico que pesa sobre Teherán y a la que Rusia y China -que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad- ya han dicho que se oponen frontalmente.

Aunque se espera que el borrador se vote esta semana, por ahora no hay una fecha anunciada y, a causa de la pandemia, el Consejo está usando un procedimiento escrito que requiere 24 horas una vez que se convoca el voto para dar a conocer los resultados.

El embargo de armas a Irán, que restringe al país tanto la compra como la venta de armamento, expira el próximo 18 de octubre, según estaba previsto en la resolución con la que el Consejo de Seguridad respaldó el acuerdo nuclear alcanzado en 2015 entre seis potencias internacionales y Teherán.

Estados Unidos, que ha salido de ese pacto, defiende que la continuidad del embargo es absolutamente esencial para la estabilidad en la región de Oriente Medio.

La medida, sin embargo, divide a los quince países del Consejo y ni siquiera está claro que Washington cuente con los nueve votos a favor necesarios. Si no alcanza esa cifra, ni siquiera sería necesario que China y Rusia hagan uso de su derecho de veto.

EE.UU. ha advertido de que si la extensión del embargo no sale adelante, utilizará otras vías para que se mantenga en vigor.

Así, ha sugerido que podría invocar una cláusula que forma parte del acuerdo nuclear de 2015 y que fue diseñada para volver a imponer sobre Teherán todas las sanciones de la ONU que se habían levantado, pero solo en caso de que se comprobara que había violado el pacto.

Las potencias europeas, al igual que China y Rusia, cuestionan que EE.UU. tenga derecho a usar ese mecanismo dado que abandonó el pacto de 2015 y dejó de cumplir con sus compromisos.

Según han advertido varios países, esa vía supondría el fin del acuerdo nuclear, que por ahora Irán y las potencias firmantes -al margen de Estados Unidos- siguen tratando de mantener con vida.