El cártel H-2, una escisión del grupo criminal de los Beltrán Leyva, saltó a la palestra este viernes al ser señalada como la organización que recibió protección de Salvador Cienfuegos, el secretario de la Defensa Nacional del gobierno de Enrique Peña Nieto que acaba de ser arrestado en Estados Unidos.
De acuerdo con la Fiscalía Federal del distrito este de Nueva York, Cienfuegos, arrestado el jueves en Los Ángeles, supuestamente protegió y ayudó al cártel H-2 a cambio de sobornos.
«El grupo criminal H-2 es una escisión, una ramificación del grupo criminal de los Beltrán Leyva. Es un cártel que no suele presumir de sus golpes pero se ha ido afianzando en la última década«, expuso en entrevista con la agencia Efe el experto en seguridad Pedro Isnardo.
Según la Fiscalía estadounidense, Cienfuegos garantizó que no se lanzaran operaciones militares contra este grupo criminal, pero sí ordenó a las Fuerzas Armadas que atacaran organizaciones narcotraficantes rivales.
Isnardo asegura que la detención de Cienfuegos «deja muy en claro cuál es el nivel de vinculación que (el narcotráfico) puede alcanzar no solo en el Ejército mexicano, sino también los riesgos de la militarización«.
La organización criminal tomó el nombre de su líder Juan Francisco Patrón, apodado H-2 y quien fue abatido el 10 de febrero de 2017 durante una operación de la Marina en la ciudad de Tepic, Nayarit.
El H-2 era el «líder del grupo delictivo de los Beltrán Leyva en Nayarit y Jalisco«, además de Sinaloa, en el Pacífico, es decir, una pieza clave dentro de la citada organización, de acuerdo con la Secretaría de Gobernación (Segob).
Según la Fiscalía Federal del distrito este de Nueva York, el cártel H-2 era una organización «que habitualmente se dedicaba a la violencia a gran escala, incluida la tortura y el asesinato y que operara con impunidad en México«.
Isnardo indicó que si las instituciones castrenses mexicanas han llegado a este nivel de corrupción, cabe preguntarse «cómo están los gobiernos de los estados y las demás instancias de seguridad pública y nacional«.
Caso en Estados Unidos
La «Operación Padrino«, como bautizó la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) a la investigación contra Salvador Cienfuegos, quien es acusado este viernes de narcotráfico y blanqueo de dinero, logró tumbar una presunta red del general retirado en Estados Unidos.
En ese sentido, para el especialista en seguridad nacional Javier Oliva, lo que hay preguntarse es «cómo la DEA interceptó miles de mensajes y si esas intercepciones fueron en territorio mexicano«.
«Ahora las autoridades estadounidenses deben demostrar, de manera fehaciente y contundente, lo que hasta ahora son sospechas y también tienen que demostrar que esta investigación no tiene que ver con el proceso electoral en Estados Unidos«, añadió el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Este viernes, el presidente Andrés López consideró como «un hecho muy lamentable que un exsecretario de la Defensa sea detenido acusado por vínculos con el narcotráfico«.
Para López Obrador, quien asumió el poder en 2018 con la promesa de limpiar la corrupción de los gobiernos anteriores, la detención de Cienfuegos «es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen» que imperaba antes de su mandato.
Además, el presidente anunció que todos los miembros del Ejército que estén «involucrados» en los hechos de los que se acuse a Cienfuegos «van a ser suspendidos, retirados y, si es el caso, puestos a disposición de las autoridades competentes«.
El mandatario avanzó que la investigación es un asunto «del mismo juzgado de Nueva York» que lleva el juicio de Genaro García Luna, quien fue secretario de Seguridad del gobierno de Felipe Calderón y fue arrestado por nexos con el narcotráfico.
También es la corte que condenó a cadena perpetua a Joaquín El Chapo Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa.