Los colores rojo y amarillo envuelven la recogida y donación de alimentos y ropa delante de los apartamentos Emrah, uno de los edificios que se derrumbó tras el terremoto de magnitud 6,8 que sacudió Turquía el pasado viernes.

Son los colores del club de fútbol Göztepe, el único de Esmirna que habitualmente juega en la Superliga turca. Sus fans se han unido para ayudar en lo que pueden tras la crisis desatada por el terremoto, que ha causado la muerte de 107 personas y ha dejado heridas a más de mil.

Unos 500 hinchas del club han desplegado una mesa para atender a la gente, han traído una gastroneta y han habilitado una pista de baloncesto como almacén de ropa, juguetes y productos higiénicos, presidida por una inmensa bandera del Göztepe.

«Estamos aquí desde hace cuatro días. Hacemos turnos para atender a la gente que se ha quedado sin hogar y a los equipos de rescate 24 horas. Dormimos aquí también», señala a Efe Gülsah, una de las hinchas.

Los fans atienden a los vecinos que siguen las labores de rescate en el barrio de Bayrakli, el más afectado por el terremoto, pero también acuden a los parques donde se han instalado tiendas de campaña para las más de 5.000 personas que se han quedado sin hogar tras el sismo.

FAMILIA DEL GÖZTEPE

«Empezamos con una mesa para ofrecer chocolate caliente y en seguida vinieron voluntarios a traernos cosas. Ahora vamos a las tiendas de campaña porque a la gente le da vergüenza pedir cosas. Pero no tienen nada, tuvieron que dejar sus casas corriendo con lo puesto», explica.

Gülsah pertenece a la asociación de fans «Familia de Göztepe», que está al mando de la gestión de la ayuda, aunque detalla que otras decenas de seguidores del club se han acercado a ayudarles.

Uno de ellos, el joven Can, pregunta a unas niñas su número de pie para darles unos zapatos y libros infantiles.

«El fútbol une y en este tipo de crisis tenemos que estar más unidos que nunca. Estaremos aquí hasta que todos tengan un hogar», señala Can.

UN HINCHA FALLECIDO

Vecinos con camisetas rojiamarillas empezaron a llegar en la tarde del viernes a los apartamentos Emrah, esperando noticias de uno de sus colegas, el joven Ali Çagin Kaygusuz, un conocido fan de Göztepe y miembro de su asociación de hinchas.

El sábado por la tarde los equipos de rescate encontraron el cuerpo sin vida de Kaygusuz, junto a algunas de sus pertenencias, entre ellas camisetas y entradas de su equipo, que el joven guardaba como recuerdo.

El club y miles de seguidores mostraron sus condolencias en redes sociales, por la muerte de su hincha.

«Es muy duro. Esperábamos a nuestro amigo Ali, todo el mundo lo conoce. Lo encontraron muerto. Uno de nuestros amigos también ha perdido a su niño de tres años. Es muy doloroso», lamenta Gülsah.

Los equipos de rescate recuperaron 32 cuerpos sin vida de los apartamentos Emrah y consiguieron rescatar a 15 personas heridas.

La última fue la joven de catorce años Idil Sirin, que fue localizada viva tras haber pasado 58 horas bajo los restos del edificio.

¿UN MES EN LA CALLE?

Un coche del equipo trae leña a los voluntarios y el grupo enciende una fogata para dar calor a unas ancianas que se han sentado cerca de la cancha.

«Tengo la sensación de que estaremos aquí un mes. Cada noche hace más frío y hay muchos niños aquí. Es difícil gestionarlo», comenta Gülsah.

La voluntaria celebra el rescate de otra niña en la mañana del martes, la pequeña Ayda, encontrada con vida entre las ruinas noventa horas después del terremoto.

«Cuando ocurrió el terremoto, mucha gente estaba trabajando y tenía a sus hijos en casa porque con el coronavirus ahora estudian a distancia. Yo tengo cuatro hijos y por suerte mi edificio no se derrumbó», explica.

«Muchas casas parece que están bien pero no es así. Han sufrido graves daños. Si el terremoto llega a durar cinco segundos más, no queda nada», concluye.