El gobierno de Estados Unidos ejecutó el jueves a Orlando Cordia Hall, un hombre que fue condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinato de una chica de 16 años como venganza por una estafa con drogas.
A Hall, un afroamericano de 49 años, le declararon muerto a las 23:47 horas (tiempo local) tras recibir una inyección letal en la cárcel de Terre Haute (Indiana), según notificó la Agencia Federal de Prisiones (BOP, en inglés).
La de Hall fue la octava ejecución ordenada por el gobierno de Donald Trump desde julio, las primeras en casi dos décadas dentro del sistema federal.
Legisladores demócratas habían reclamado al gobierno de Trump que suspendiera esta y otras dos ejecuciones previstas en diciembre después de la victoria del presidente electo, Joe Biden, en las elecciones presidenciales; un pedido que fue ignorado.
Hall fue condenado por el secuestro, violación y asesinato de una chica de 16 años -Lisa Rene- en 1994.
En ese entonces, Hall formaba parte de una banda que traficaba con marihuana cerca de Pine Bluff, Arkansas. El hermano mayor de Rene y un cómplice estafaron 4 mil 700 dólares a la banda, por lo que Hall y otros cuatro fueron a buscarlos hasta su residencia en Arlington, Texas, cerca de Dallas.
Abrió la puerta del apartamento Lisa Rene y la banda de Hall se la llevó secuestrada a punta de pistola de vuelta para Arkansas a un motel.
Durante los dos días siguientes, Hall y los otros miembros de la banda violaron a Rene repetidamente hasta que decidieron matarla, arrojándola a una fosa que habían cavado, rociándola con la gasolina y enterrándola con vida.
Además de Orlando Cordia Hall, durante el juicio en 1995 también fue condenado a muerte Bruce Webster, aunque su sentencia fue anulada el año pasado al ser considerado discapacitado intelectual, una decisión que todavía no es firme.
Los otros tres miembros de la banda, incluido un hermano de Hall, recibieron penas menores a cambio de su colaboración con los fiscales.
Este jueves, en un comunicado en nombre de la familia Rene, una hermana de Lisa, Pearl, dijo sentir «alivio» por llegar «al final de un largo y doloroso capítulo» en sus vidas.
«Poner fin a este doloroso proceso es un objetivo importante para nuestra familia. Este es el único final legal posible. Pero la ejecución de Orlando Hall nunca detendrá el sufrimiento que seguimos soportando«, sostuvo.
La de Orlando Cordia Hall fue la decimoquinta ejecución del año en Estados Unidos, ocho federales y siete estatales.
Desde que el Tribunal Supremo restituyó la pena de muerte hace cuatro décadas, mil 527 presos han sido ejecutados en el país, tan solo once de ellos a manos del gobierno federal.
El gobierno tiene previstas al menos otras dos ejecuciones antes del fin del mandato de Trump, la de Lisa Marie Montgomery -la única mujer en el corredor de la muerte federal- el 8 de diciembre y la de Brandon Bernard dos días más tarde.