Este lunes, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, destacó en Twitter un artículo del periódico estadounidense The Washington Post según el cual los intentos de México y Estados Unidos de frenar el tráfico de armas por la fallida operación Rápido y Furioso no han dado resultados, lo que ha dado más poder a los cárteles.

Señala el artículo Los fusiles de francotirador que fluyen hacia los cárteles mexicanos revelan una década de fracaso estadounidense, que organizaciones delictivas como el Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa, exhiben sus armas de grado militar en llamativos videos de propaganda, y utilizándolas para derrotar a las fuerzas de seguridad en los enfrentamientos.

De acuerdo con la investigación del diario, el arma favorita de los cárteles es el llamado fusil de francotirador calibre .50, por su precisión de largo alcance. Son de cinco a 10 veces más grandes que las disparadas por los modelos semiautomáticos más comunes, como el AR-15 y el AK-47 o cuerno de chivo.

El uso extendido de esta arma quedó de manifiesto en el fallido operativo para detener a Ovidio Guzmán, hijo del líder del cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán.

Un nuevo estudio del gobierno de México señala que en los últimos 10 años cerca de 2.5 millones de armas estadounidenses han cruzado de forma ilegal la frontera.

Los fusiles de asalto como los calibres .50, AK-47 y AR-15, han aumentado su presencia en México hasta en 122 por ciento en la última década, de acuerdo con el informe del gobierno.

Las armas calibre .50 están disponibles en Estados Unidos y México con valor entre los 10 y 12 mil dólares cada una.