El Presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, Jorge Olvera García advirtió que la contingencia sanitaria por COVID-19 ha evidenciado otra pandemia: la violencia que cada día sufren niñas y mujeres, desde empujones e insultos, hasta el feminicidio, la cual se incrementó por el confinamiento; por lo que reitera el llamado para atender con urgencia cada caso, denunciar y hacer justicia a cada víctima.

Al mismo tiempo, dijo, “evitemos normalizar la violencia y sus efectos: no es normal que las mujeres vivan con miedo y que éste tenga como cimiento el odio atroz, la ignorancia y la indolencia de un Estado y una sociedad que tienen la obligación de protegerlas durante cada etapa de su vida”.

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre, Olvera García indicó que ya es tiempo de romper con los patrones machistas, la cultura patriarcal, los ataques hacia ellas y la impunidad; pidió educar, instruir y sensibilizar: “¡No más muertas. No más. Ni una más!”.

Señaló que la violencia doméstica es uno de los flagelos más frecuentes, flagrantes y de más profundas y dolorosas consecuencias que está afectando la vida de mujeres de todas las edades. Refirió que datos de la ONU Mujeres indican que, hasta abril de este año, 243 millones de mujeres -de 15 a 49 años de edad- de todo el mundo, sufrieron violencia sexual o física por parte de su pareja.

Olvera García advirtió que el riesgo de esta violencia sigue tan vivo y letal como el COVID-19, pues el confinamiento, el desempleo, la pérdida de familiares y otros tantos funestos efectos de la pandemia, aumentan la tensión y el estrés de las personas, volviéndolas más violentas en contra de quienes son más vulnerables por miedo, dependencia económica o usos y costumbres.