Las derrotas en Cádiz y ante la Juventus fueron un serio aviso para Barcelona, pero los de Koeman esperaban aprovechar los caprichos del calendario para ganar los tres partidos ligueros que tenían esta semana en el Camp Nou y sumar nueve puntos.
Que les asentaran en zona Champions. Logró dos victorias sufridas ante Levante y Real Sociedad.
Con momentos de gran juego como la primera parte ante los donostiarras, pero no pudo con un gran Valencia que se hizo merecedor al empate.
La reconstrucción del Barcelona se antoja más complicada de lo esperado y esta irregularidad no le ayuda en nada.
Lejos de la cabeza en LaLiga, con un todo o nada contra el PSG en febrero, y el incierto futuro de Messi dejan un panorama nada optimista para los azulgrana.
Un Barcelona frustrante. Otro día más. Incapaz como es de ganar tres partidos seguidos en la Liga. Da un paso adelante y luego, de nuevo, dos atrás. No tiene estabilidad. Ni sabe tampoco gobernar los partidos, que enloquecen tanto y tanto que terminan siendo irreconocibles dejándose en cada cita puntos que luego echará, y mucho, de menos. Ni siquiera que Edson Arantes do Messi igualara a ‘O Rei’ con su tanto 643 con la camiseta del Barça. Ni que Araujo, un central de 21 años, se disfrazara de Luis Suárez para firmar un soberbio golazo y alimentar la esperanza de un equipo que sigue desorientado. Suerte tuvo, eso sí, de que Ter Stegen salvara la derrota con un par de paradas soberbias.