El presidente de EE.UU., Joe Biden, propuso a Rusia extender durante cinco años el último tratado de desarme vigente entre ambas potencias nucleares, el Nuevo Start, que expira el próximo 5 de febrero, informó este jueves la portavoz de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
«Puedo confirmar que EE.UU. buscará una extensión de cinco años», dijo Psaki en una rueda de prensa en la Casa Blanca al ser preguntada por un artículo de The Washington Post, que adelantó hoy mismo la noticia.
«El presidente ha dejado claro durante mucho tiempo que el Nuevo Start está en el interés nacional de Estados Unidos. Y esta extensión tiene aún más sentido cuando la relación con Rusia es antagónica, como lo es en este momento», manifestó Psaki.
Al respecto, la portavoz explicó que, aunque Biden quiere trabajar con el Kremlin para prorrogar el tratado, Rusia también debe «rendir responsabilidades por sus acciones imprudentes y conflictivas».
Por ello, el nuevo mandatario estadoundense ha pedido a las agencias de inteligencia que hagan una evaluación a fondo de la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones en EE.UU. de noviembre pasado, el uso de armas químicas contra el opositor ruso Alexéi Navalni y las recompensas rusas a los talibanes a cambio de matar a soldados estadounidenses en Afganistán.
Psaki no detalló cuándo la comunidad de inteligencia entregará a Biden su evaluación de esos actos y tampoco desveló qué tipo de acciones el presidente estadounidense podría tomar contra Rusia.
Con respecto al Nuevo Start, como su antecesor, Donald Trump, Biden tenía la opción de buscar una solución temporal para el tratado y prorrogarlo durante un corto periodo de tiempo, pero ha abogado por extenderlo durante cinco años, es decir, hasta 2026, tal y como se estableció en el pacto cuando fue firmado en 2010.
Esta semana, el Kremlin ya dijo que seguía comprometido a extender el Nuevo Start durante cinco años y estaba a la espera de «propuestas concretas» de Biden, que tomó posesión el miércoles.
En los últimos meses, el Gobierno del expresidente Donald Trump intentó sin éxito encontrar una solución temporal y prorrogar durante un corto periodo el pacto, pero no se llegó a materializar ningún acuerdo con el mandatario ruso, Vladímir Putin, quien en octubre pasado llegó a proponer una prorroga de un año.
El principal punto de fricción entre las dos potencias fue la insistencia del Gobierno de Trump para que China formara parte de las conversaciones sobre el Nuevo Start a pesar de que el gigante asiático se negó a sentarse en la mesa de negociaciones al considerar que tiene muchas menos armas nucleares que Washington y Moscú.
A su vez, Rusia sostuvo que en todo caso debía incluirse a Francia y el Reino Unido, las otras dos potencias nucleares declaradas que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Nuevo Start limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de 1.550 cabezas nucleares y 700 sistemas balísticos para cada una de las dos potencias, en tierra, mar o aire.
Los expertos temen que la expiración del Nuevo Start lleve a una nueva carrera de rearme nuclear, ya que por primera vez desde 1972 no habría ningún acuerdo de control de armas atómicas en vigor entre las dos mayores potencias nucleares del mundo.
Rusia y Estados Unidos tienen un 90 % de todas armas nucleares que existen en el planeta.