Se denomina amistad a un tipo de relación afectiva entre dos personas, en la cual interviene un cierto grado de camaradería, confianza y cordialidad, muy semejante al amor, pero desprovisto de las connotaciones románticas.
En principio, la amistad se manifiesta como un sentimiento mutuo, establecido por una igualdad de visiones de la vida o de proyectos en común.
No existen parámetros formales para estudiar las amistades y se considera que cada una es única y propone un camino irrepetible: algunas toman pocos minutos en constituirse y otras en cambio toman años en cuajar, así como algunas son más estrechas y cercanas,
mientras que otras son más distantes.
Algunas incluso pueden atravesar momentos de erotismo, convertirse en amor, o desprenderse como resultado de un amor fallido. Algunas, finalmente, pueden terminarse.
Este tipo de vínculo normalmente se da entre seres humanos, pero también se emplea para denominar a relaciones de comensalismo o vinculación entre seres humanos y otros animales superiores, como ocurre con los perros: no en balde se los denomina comúnmente el “mejor amigo del hombre”.
La amistad es considerada un valor, ya que somos seres gregarios, es decir, que tendemos a hacer grupos y a vivir en sociedad, dependiendo los unos de los otros.
En ese sentido, requerimos de aliados: personas que persigan fines similares a los nuestros o con gustos parecidos, que nos acompañen en la vida y que “hagan equipo” con nosotros.