El expresidente nacional del Partido Morena, Alfonso Ramírez Cuellar, propuso que los multimillonarios mexicanos aporten, por una sola vez, entre el 2 y 3 por ciento de sus fortunas para mitigar la pandemia sanitaria.
Dicha partida extraordinaria permitiría una recaudación de alrededor de 100 mil millones de pesos, explicó.
Según el diputado federal, tal medida involucraría sólo al 0.13 por ciento de la población o alrededor de 173 mil personas que son las que concentran fortunas millonarias.
El expresidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados explicó que, de acuerdo con un estudio de la Red Latinoamericana por la Justicia Económica y Social citado por Fundar, sería necesario un impuesto a las concentraciones millonarias con una tasa del 2 por ciento para patrimonios entre 20 millones y mil mdp, de 3 por ciento para patrimonios entre mil millones y dos mil mdp, y una tasa máxima del 3.5 por ciento aplicable a patrimonios mayores a dos mil mdp para recaudar cerca de 100 mil mdp.
“En Argentina el ‘aporte solidario y extraordinario de las grandes fortunas’ aplicado desde diciembre pasado permitirá la imposición de un impuesto único sobre la riqueza a los patrimonios mayores a 2.5 millones de dólares para mitigar el impacto económico de la pandemia”, agregó.
En un segundo mensaje, el legislador de Morena aseguró que “la pandemia ha demostrado que la idea de que la riqueza excesiva de pocos beneficia a los demás, o que existe un ‘goteo de arriba hacia abajo’ es un mito”.
Por ello, aseguró que se debe debatir «para evitar que la concentración de altos niveles de riqueza genere mayores rupturas sociales en nuestro país”.
“Para el caso de este impuesto por única ocasión a las grandes fortunas, se propone asegurar que lo obtenido se destine a la atención de pacientes covid«, dijo.
Ramírez Cuéllar informó que en países como Inglaterra, Sudáfrica y Perú ya están discutiendo la introducción de un aporte extraordinario semejante, mientras que en lugares como Irlanda y Ecuador esta medida ya ha sido aplicada tras la crisis financiera de 2008 y los terremotos de 2015, respectivamente.
«Necesitamos fortalecer la capacidad de gasto en tiempos de crisis mediante este tipo de aportaciones extraordinarias«, insistió.
Con información de Proceso