El primer ministro de Irak, Mustafá al Kazemi, declaró el 6 de marzo como el Día Nacional de la Tolerancia y la Coexistencia en ocasión del histórico encuentro de hoy entre el papa Francisco y el ayatola Ali al Sistani, uno de los principales líderes religiosos chiíes, en la ciudad de Nayaf.
«En ocasión del histórico encuentro en Nayaf entre el ayatola Al al Sistani y el papa Francisco y el histórico encuentro interreligioso en la antigua ciudad de Ur, declaramos el 6 de marzo como Día Nacional de la Tolerancia y la Coexistencia en Irak«, afirmó hoy en un tuit el primer ministro.
El papa Francisco, que llegó este viernes a Irak en una visita de tres días, se reunió hoy a puerta cerrada con Al Sistani, en un gesto histórico para acercar el islam y el Vaticano.
Durante el encuentro, el papa, de 84 años, subrayó «la importancia de la colaboración y amistad entre las comunidades religiosas para que, cultivando con respeto recíproco el diálogo, se pueda contribuir al bien de Irak, de la región y de toda la comunidad«, según un comunicado distribuido por la oficina de prensa del Vaticano.
Al Sistani, de 90 años, expresó al pontífice su «preocupación de que los ciudadanos cristianos deberían vivir, como todos los iraquíes, en seguridad y paz, y teniendo todos sus derechos constitucionales«, según un comunicado de la oficina del líder chií, que recibió al pontífice en una modesta casa a la que no pudieron acceder los medios de comunicación.
Después del encuentro, Francisco cumplió el sueño Juan Pablo II y viajó a Ur de los Caldeos, en el sur de Irak, donde la tradición indica que nació el profeta Abraham y donde se reunió con los representantes de las diferentes religiones del país.
Ante el área arqueológica en la que afirman fue la casa de Abraham en la llanura de Ur, Francisco afirmó que los creyentes «no pueden callar cuando el terrorismo abusa de la religión«.
El papa recordó la persecución étnica y religiosa que sufrieron muchas comunidades por parte del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que ocupó extensas áreas de Irak de 2014 a 2017.
En particular recordó a la minoría yazidí, «que ha llorado la muerte de muchos hombres y ha visto a miles de mujeres, jóvenes y niños raptados, vendidos como esclavos y sometidos a violencias físicas y a conversiones forzadas«.