Parecía una auténtica locura en medio de una pandemia que no termina de doblegarse pero, tanto Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, como su compañero de partido, el alcalde de la capital José Luis Martínez-Almeida estaban de acuerdo en que había que llevarse a cabo la Feria Internacional de Turismo (FITUR) para devolver al mundo entero cierta normalidad.

Y digo al mundo entero porque a IFEMA, en la capital de España, tradicionalmente cada año (en el mes de enero) acuden más de 150 países a colocar sus bellos estands para promocionarse ante cientos de miles de visitantes -de media anual 250 mil visitantes- dejando una derrama superior a los 333 millones de euros.

Este año, FITUR no se llevó a cabo en enero, aconteció de forma extraordinaria del 19 al 23 de mayo pasado y se hizo en formato híbrido: solo 55 países estuvieron presentes y el resto participó de forma virtual; tampoco el aforo fue el acostumbrado únicamente se permitió el acceso hasta 50 mil visitantes.

Muchas actividades están siendo distintas en esta vuelta a una seminormalidad, las vacunas van permitiendo un cierto relajamiento en las medidas de confinamiento, cuarentena, toques de queda y otras restricciones.

Aunque a ciencia cierta no sabemos, hasta el momento, si lograremos tener una inmunidad de grupo o como algunos científicos argumentan, las inmunizaciones solo harán que la gente al contagiarse de SARS-CoV-2 enferme de forma menos grave.

A la espera de esas respuestas, hay gente vacunada que ya piensa en viajar, en la pasada edición de FITUR se presentaron muchas ofertas de viaje aunque eso sí, tanto España como otros países, están aconsejando a sus habitantes aprovechar para viajar dentro de sus respectivos países.

La verdad ha sido una decisión muy valiente, la de Díaz Ayuso y Martínez-Almeida, que han dicho aquello de ya es momento de despertar; este magno evento es el primero de tal envergadura realizado en pandemia. Eso sí, para entrar, había que mostrar una PCR negativa o bien un test de antígenos.

Hasta Madrid llegó un amplio equipo de funcionarios de México, encabezados por Miguel Torruco, titular de Turismo, y como siempre el estand azteca fue uno de los más visitados y de los más vistosos.

México al no tener tantas limitaciones para los viajeros y permitir la entrada, está puesto en la mira de los europeos que hoy más que nunca preguntan por sus cristalinas aguas.

A colación

Previo a la FITUR, Torruco participó en la 24 Conferencia Iberoamericana de Ministros 2021, un marco en el que aprovechó para comentar que México es un país atractivo para la inversión nacional y extranjera.

Me parecieron interesantes los acuerdos signados entre México y España como el Acuerdo para la Homogeneización de Protocolos Biosanitarios así como un convenio para realizar anualmente un Foro Binacional de Turismo Bioseguro México-España.

De los datos compartidos por Torruco, durante su intervención, él mencionó que la industria turística mexicana tuvo una contracción del 46 por ciento en la llegada de turistas internacionales.

La industria del turismo en México captó el año pasado el 4 por ciento del total de la Inversión Extranjera Directa (IED) una parte relevante fue destinada a inversión hotelera.

A mí en lo personal me llamó la atención el dato del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) que sitúa a los turistas mexicanos como aquellos que más gastan en promedio diario durante su estancia en el país ibérico: una media de 209 euros lo que significa que gastan más que un nórdico -promedio diario 119 euros– o bien que un turista alemán de visita en España con un gasto de media en 114 euros y por supuesto gastarían más que un turista francés con 100 euros y casi el triple que un turista inglés en tierras españolas.

Un punto curioso es que los turistas mexicanos en España son, además, los que mejores propinas dejan a los camareros, son los más generosos y se les conoce por sus buenos modales al pedir por favor y dar las gracias y estar siempre de buen humor.