El pasado 1 de junio, el economista José Ángel Gurría, dejó de presidir la OCDE tras quince años de ser su secretario general, lo sustituye el australiano Mathias Cormann.
Justo tuve la oportunidad de hablar con él en exclusiva el día en que Gurría se encontraba en el Palacio del Elíseo para recibir de manos del presidente de Francia, Emmanuel Macron, la máxima condecoración que concede el gobierno francés.
“Estoy aquí literalmente pasando todos los controles en el Elíseo porque en unos momentos más el presidente Macron me concederá la Gran Cruz de la Legión de Honor”, me dijo.
Gurría ha querido externar un mensaje a favor de vencer rápidamente a la pandemia pero también de que el mundo se prepare para afrontar una gran responsabilidad intergeneracional a favor de proteger el planeta.
Una de las propuestas que deja casi a punto de ser aprobada por consenso mundial tiene que ver con la Tasa GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) que consiste en gravar en cada país las ganancias de las multinacionales digitales y de la tecnología. La OCDE le llama Impuesto Mínimo Global que cuenta con la aprobación del presidente Joe Biden y de todo el G7.
A colación
La economía azteca está mostrando un mayor dinamismo de lo esperado, así me lo comentó Alberto González, economista en jefe de la sección de México y de Costa Rica en la OCDE; él desde París me explicó los factores positivos que están impulsando el auge.
“Nuestras proyecciones son más optimistas para México; por un lado, las exportaciones de México se han mostrado muy dinámicas están a niveles por encima de lo que se observa antes de la pandemia y está siendo muy importante la recuperación robusta en Estados Unidos… digamos que es un viento de cola muy importante para México; pero también las exportaciones al resto de países están comportándose relativamente bien”, señaló.
En la postura de González, México está sacándole partido a su gran integración en el comercio internacional, al tiempo que, añadió, hay otro factor impulsor de esta recuperación económica a favor del país azteca como lo es la situación sociosanitaria que ha pasado de un repunte del coronavirus a inicios de enero para entrar en una fase decreciente en marzo.
México ha sido de los pocos países que no han implementado un amplio programa de estímulos, en la opinión de González, el país azteca tiene espacio fiscal en comparación con otras economías: “Por ejemplo, en términos de recaudación está por debajo de sus pares regionales y eso limita un poco su capacidad de reacción pero sí que creemos que hay algo de espacio fiscal para hacer algo más… es un buen momento para fortalecer la recuperación”.
Para la OCDE, México tiene todavía espacio para dar un apoyo fiscal que debería estar focalizado en las empresas y en los trabajadores que han sido más directamente afectados por la pandemia.
Del reciente proceso electoral para renovar 15 gubernaturas, cuestionado al respecto, el especialista de este llamado club de los países desarrollados, confió que no esperan ningún tipo de impacto derivado de los resultados electorales “porque no habrá ninguna variación en su política económica”.
Luego está la confianza de los inversionistas, el experto de la OCDE, ve en la apertura de la economía mexicana y en su integración que tiene un grado de exposición; sin embargo, González remarcó que Banco de México ha reaccionado rápidamente desde la primavera pasada cuando lanzó un programa masivo de disponibilidad de pesos y de dólares y se consiguió atajar ese episodio de volatilidad.
La OCDE recién revisó los datos del PIB mundial y lo subió en dos décimas al 5.8 por ciento para 2021, a México también lo reajustó a la alza anticipando un PIB del 5 por ciento.
México, opinó González, en términos de estabilidad macroeconómica, ha mantenido una gran robustez de su política económica; las lecciones han sido aprendidas en relación con las décadas pasadas. Algo importante es que su integración en el mercado internacional, sobre todo en las manufacturas, le ha ayudado a que esa caída del PIB se esté revirtiendo… le beneficia la recuperación de Estados Unidos y de Canadá y es que México está muy integrado a las cadenas de valor.
