La televisión pública italiana RAI fue centro de las críticas desde el pasado miércoles por emitir el momento del desplome de un teleférico el pasado 23 de mayo, en el que murieron catorce personas y solo sobrevivió un niño.

«En circunstancias como estas es deber del servicio público valorar atentamente todas las implicaciones, empezando por las éticas, por respeto a las víctimas y a sus familiares«, admitió el presidente de la RAI, Marcello Foa.

El informativo del tercer canal de la televisión pública italiana, el TG3, emitió las imágenes del momento en el que el teleférico con quince personas dentro cae al vacío mientras hacía la ruta entre el monte alpino de Mottarone y el pueblo de Stresa.

En el vídeo se taparon las ventanas de la cabina para no mostrar a sus ocupantes.

La grabación también fue publicada por medios privados, algunos de forma parcial, como «Il Corriere della Sera«, y otros íntegramente, hasta el momento de caída, como «La Repubblica«, aunque avisando previamente de que se trataba de imágenes sensibles.

Esto ha generado el debate sobre la necesidad de mostrar este tipo de imágenes, las de un accidente que conmocionó a la opinión pública y que se saldó con catorce muertos, entre ellos dos niños, y un único superviviente, un niño de cinco años que perdió a sus padres y su hermano en el siniestro.

La fiscal de Verbania, Olimpia Bossi, emitió un comunicado para denunciar «la absoluta inoportunidad de la publicación» de las imágenes de los «últimos y dramáticos instantes» de los pasajeros.

Y la alcaldesa de Stresa, Marcella Severino, se declaró «estupefacta» por la difusión de las imágenes.

El accidente está siendo investigado y se ha acusado a tres personas, en un primer momento detenidos de forma cautelar y después liberados de la cárcel, aunque uno de ellos se encuentra bajo arresto domiciliario.

En concreto, el propietario de la empresa Ferrovie del Mottarone, que gestiona el teleférico, Luigi Nerini, así como el director de la infraestructura, Enrico Perocchio, han quedado en libertad pero siguen en la lista de investigados.

Mientras que el jefe de operaciones del teleférico, Gabriele Tadini, fue puesto en arresto domiciliario, tras admitir que desactivó el sistema de frenado, lo que originó la caída.