Durante las últimas semanas se han encontrado en Canadá los cuerpos de más de 750 menores indígenas que asistían de manera forzada a instituciones educativas residenciales, que eran manejadas por la iglesia católica, las cuales tenía como objetivo primordial borrar su cultura.

Aproximadamente unos 150 mil niños amerindios, mestizos e inuit fueron apartados de sus familias, su lengua y su cultura y reclutados a la fuerza en 139 internados de todo el país hasta la década de 1990. Canadá había cometido un «genocidio cultural».

Estos hallazgos se suman a las practicas de violencia física, sexual y emocional que se han documentado a lo largo de las décadas en estas residencias.

Durante los últimos días, manifestantes han incendiado 5 iglesias en tierras indígenas en Canadá, dos al sur de Columbia Británica, otras dos en al sur de la región de Okanagan y la más reciente en la región de Morinville

Las autoridades ya han iniciado la investigación y hasta el momento no hay detenidos. El primer ministro de Alberta, Jason Kenney, asistió a las ruinas de la iglesia incendiada en Morinville, para solidarizarse con los residentes de la zona y dejar claros que este tipo de actos no serán aceptados.

Se cree que estos incendios son una reacción de los pueblos indígenas que han solicitado la investigación de todos los restos de niños encontrados para llevar a los culpables ante la justicia, ya que los incendios comenzaron después de que las tumbas fueran descubiertas.