La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, y la canciller alemana, Angela Merkel, escenificaron este jueves la fuerte amistad de sus dos países con un desayuno en el Observatorio Naval de Estados Unidos, la residencia de los vicepresidentes.

Merkel se reunió con Harris horas antes de convertirse en la primera gobernante europea a la que el presidente estadounidense, Joseph Biden, recibe en la Casa Blanca desde que llegó al poder en enero.

La cita matutina marcó la primera vez que Harris recibe a un líder extranjero en su residencia, de 850 metros cuadrados y rodeada de vegetación.

El gesto buscaba enfatizar que Alemania no es solo un socio económico de Estados Unidos y su aliado en la OTAN, sino un «amigo cercano» con el que Washington ha forjado una sistema de valores comercial y político que ha creado un «mundo más próspero, más seguro y más libre», indicó la oficina de la vicepresidenta.

Merkel llegó a la residencia pasadas las 09.00 hora local (13.00 GMT) en un vehículo negro que llevaba dos banderas, una alemana y otra estadounidense.

Harris salió a recibirla y ambas hablaron a la prensa durante unos dos minutos antes de entrar a la vivienda.

«Es un honor verla y tengo muchas ganas de conversar con usted. No hace falta decir que la relación entre nuestros dos países se basa en muchos valores compartidos, incluido el compromiso con la democracia en todo el mundo. Así que, bienvenida, bienvenida», manifestó la vicepresidenta estadounidense con una sonrisa.

Harris también destacó el legado de Merkel, que no se presentará a las elecciones del 26 de septiembre tras casi 16 años en el poder, y recordó que este es el cuarto Gobierno estadounidense que tiene una relación con la canciller, quien asumió el mando en Alemania cuando George W. Bush era presidente (2001-2009).

Merkel respondió que estaba «encantada» de conocer a la primera vicepresidenta de la historia de Estados Unidos y consideró que las dos naciones pueden «cooperar muy bien» para promover sus valores.

Durante el encuentro, la intención de Harris era conversar con Merkel sobre el peligro que enfrentan las democracias de todo el mundo y cómo Alemania y Estados Unidos también se han visto afectados por esa realidad, adelantó a la prensa la oficina de la vicepresidenta.

También quería hablar con la canciller sobre la forma en la que Alemania y Estados Unidos pueden trabajar juntos para hacer frente a desafíos como la pandemia, la crisis climática y las aspiraciones geopolíticas de Rusia y China, además de la necesidad de promover la igualdad de género a nivel global.

La líder alemana disfrutará este jueves de unos honores casi idénticos a los de las visitas de estado: una reunión a solas con Biden seguida de otra con sus respectivos equipos, una rueda de prensa conjunta con el presidente y una cena en la Casa Blanca.

El principal objetivo de Biden es «agradecer» a Merkel «el papel de liderazgo» que ha asumido en Europa y todo el mundo, ahora que se «prepara para abandonar el escenario político alemán», dijo una alta funcionaria estadounidense, que pidió el anonimato, en una rueda de prensa telefónica.

No obstante, se espera que salgan a relucir algunos puntos de tensión, como la oposición de Estados Unidos al gasoducto Nord Stream 2, que unirá Rusia y Alemania por el mar Báltico, y la voluntad de Biden de conseguir un respaldo más claro de Europa en su competición estratégica con China.