La ofensiva de los talibanes en los últimos meses ha privado a 13 millones de civiles afganos de servicios públicos esenciales, después de atacar, saquear y destruir alrededor de 150 centros de distrito en todo el país, aseguró hoy el gobierno de Afganistán.

La reciente intensificación de la guerra por parte de los talibanes «ha privado a unos 13 millones de afganos de servicios públicos o gubernamentales esenciales«, incluida la distribución de agua, la construcción de carreteras, escuelas, hospitales y el suministro de electricidad, dijo en una conferencia de prensa el asesor de la presidencia afgana, Nader Nadery.

«Los talibanes, al capturar o atacar distritos en 29 provincias del país, destruyeron 260 edificios y recintos administrativos y civiles, ya sea prendiéndoles fuego, con explosiones o atacándolos, dejándolos inutilizables«, detalló.

De los 149 centros de distrito que fueron atacados o capturados por los talibanes en los últimos meses de combates, 82 fueron «saqueados al cien por ciento«, mientras que en los 67 distritos restantes robaron entre 50 y 90 por ciento del equipo administrativo y los materiales, según la «evaluación imparcial» del gobierno.

«Los talibanes que crearon la situación son responsables del saqueo«, dijo Nadery.

De acuerdo con las estimaciones de las autoridades, esta destrucción causó pérdidas de 500 millones de dólares a la nación, que todavía depende en gran medida de las donaciones extranjeras.

Con el recrudecimiento de la violencia en los últimos dos meses, 50 mil funcionarios, en particular mujeres, se han visto afectados por la violencia armada, mientras brindaban servicios esenciales en estos distritos, como la educación, la salud, la agricultura, el poder judicial y otros campos.

«Las instituciones de servicios civiles están protegidas contra cualquier tipo de ataques y ofensivas bajo cualquier condición y circunstancia» en las leyes internacionales, dijo el asesor presidencial, que calificó las acciones de crímenes de guerra.

Alrededor de 4 mil funcionarios públicos, junto con sus familias, fueron desplazados de sus áreas y buscaron seguridad en las capitales de provincia por temor a represalias de los talibanes, como palizas, asesinatos, amenazas y encarcelamiento.

«En algunas zonas, a las mujeres se les ordena no salir de casa para trabajar«, ​​dijo.

Según un informe reciente de Naciones Unidas, Afganistán se encuentra en una «situación humanitaria crítica» y «la mitad de la población necesita asistencia humanitaria» debido a 40 años de guerra, desastres naturales, desplazamiento, sequía, pobreza y la pandemia del covid-19.

Con las dificultades para recaudar donaciones, la ONU advirtió que un tercio de la población afgana, principalmente en áreas de difícil acceso, «no podrá obtener servicios de salud críticos«, mientras que medio millón de personas se quedarán sin agua potable.

Afganistán ha visto empeorar su situación de seguridad dramáticamente. Solo en los primeros seis meses de este año, 25 trabajadores humanitarios perdieron la vida y 63 resultaron heridos en la violencia, según la ONU.

Tras el inicio de la fase final de retirada de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN el 1 de mayo, los talibanes incrementaron a niveles sin precedentes su ofensiva armada y aumentaron rápidamente sus ganancias territoriales.

Durante los últimos dos meses, los talibanes han capturado más de 130 centros de distrito en todo el país, particularmente en el norte de Afganistán, los mayores avances conseguidos por los insurgentes en las últimas dos décadas de guerra.