La Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (Covaj) hizo pública parte de la información relevante que recibió de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y que consta de dos hojas con presuntas intervenciones de comunicaciones realizadas por el Ejército Mexicano, los días 26 de septiembre y 4 de octubre de 2014.

Los participantes son un comandante de la policía de Iguala, Guerrero, que es gente de confianza del director de Seguridad Pública de Iguala y el jefe regional del grupo criminal Guerreros Unidos, quienes narran el secuestro y los movimientos de los estudiantes de la Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa, Guerrero.

Primera conversación

El Gil, después convertido en el testigo protegido Juan, intercambia mensajes con un hombre identificado como Ignacio que, según información que fue entregada por la Sedena, es Francisco Salgado Valladares, segundo comandante de la policía municipal de Iguala, y gente de confianza de Felipe Flores Vázquez, director de Seguridad Pública municipal.

Ignacio le informa a El Gil que tenía a varios detenidos, “que según son ayotzinapos (sic), pero andan encapuchados y armados”.

El capo le ordena: “Pásame unos por el camino a Pueblo Viejo, yo los recibo (…) suéltalos, tengo unas camas para aterrizarlos, páseme los detenidos”.

Ignacio responde: “Ok, ya los suelto” y menciona que son 21 personas que van a salir del autobús y que ya los están soltando para que “los revienten ustedes”.

En otro mensaje, Ignacio le informa a El Gil que tiene a un grupo más de 17 normalistas en “la cueva”, a lo que líder criminal responde: “Sí, entrégame todos los detenidos”.

Entonces el mando policiaco le pide: “Manda gente suficiente a la brecha de Lobos, van 17 detenidos y aquí tenemos a 17 todavía en la cueva (…) Estos también los quieres y decimos que no hicimos detenciones”.

Ignacio: “Dile al Gordo K los paren, vienen más autobuses… No tengo ningún detenido, todos los paquetes se entregaron, viejo”.

El Gil: “Ok, dígales que no agarro nada”.

Ignacio: «Sí, así mero le dije al secre que no se hizo ninguna detención«.

Segunda conversación

Un policía municipal de Tepecoacuilco y Alejandro El Cholo Palacios, quien participó en los ataques contra los estudiantes, charlan sobre el hallazgo de la Fiscalía de Guerrero de las fosas clandestinas en Pueblo Viejo el 4 de octubre de 2014, atribuidas a El Gil.

En el hallazgo participó además personal de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), posteriormente la entonces PGR anunció la atracción del caso y las fosas fueron parte del desglose de la fiscalía estatal.

Esta es la conversación entre El Cholo Palacios y Ramón “N”, presunto policía del municipio de Tepecoacuilco.

El Cholo: «Kebueno, viejo. Ya supiste, ya le encontraron a Gil todas sus fosas, viejo«.

Ramón: «Sí, eso estoy viendo… ¿Pero no crees que hay algún arreglo? Y ayer te comenté que le pedí línea a Gil. Querían que les soltaran aunque sea 10, como estuvieran para calmar un poco«.

Los datos liberados confirman que la Sedena tenía información no revelada desde 2014 y que mantenía en sigilo; así, el ejército fue «omiso» en el caso.

Cuestión de transparencia

En la semana, medios señalaron que la Fiscalía General de la República (FGR) mantenía ocultas las nuevas declaraciones de militares, cuando en el gobierno del expresidente Enrique Peña éstas sí eran públicas y legibles.

De esta forma, los reportajes de diarios nacionales provocaron que el presidente Andrés López afirmara que en su gobierno «no habrá opacidad» y encomendara al subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración en la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, liberar toda la información posible.