El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, se alió este miércoles con directivos de grandes empresas estadounidenses, entre ellas bancos como Citibank y JP Morgan Chase, para presionar a los republicanos en el Congreso y resolver la crisis de deuda que amenaza el país.
Ante el riesgo cada vez más real de una suspensión de pagos de la deuda soberana que podría provocar una crisis financiera en Estados Unidos, Biden quiso cerrar filas con figuras destacadas del ámbito de las finanzas para urgir al Senado a que apruebe esta semana una suspensión del límite de endeudamiento.
«Nuestros amigos republicanos tienen que dejar de jugar a la ruleta rusa con la economía estadounidense», subrayó Biden durante una reunión virtual con esos empresarios en la Casa Blanca.
El presidente alertó de un «daño económico irreparable» si Estados Unidos alcanza su límite de endeudamiento, algo que según el Departamento del Tesoro se producirá el próximo 18 de octubre, a no ser que el Congreso actúe antes para permitirles emitir más deuda.
La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, explicó en la misma reunión que, una vez pasada esa fecha, las arcas públicas tendrán «muy poco efectivo, que se agotará rápidamente», y Estados Unidos «enfrentará probablemente una crisis financiera».
A la cita virtual asistieron los directores ejecutivos de Citibank, JP Morgan Chase y Bank of America; así como del operador de bolsa Nasdaq, la multinacional de servicios de consultoría Deloitte, el fabricante de microprocesadores Intel, el fabricante aeroespacial y militar Raytheon Technologies, y la asociación de mayores de 50 años AARP.
«Incumplir las obligaciones de deuda causaría un daño duradero para la credibilidad de Estados Unidos respecto a sus inversores y a los mercados financieros de todo el mundo», advirtió durante la sesión la directora ejecutiva de Citibank, Jane Fraser.
«No podemos esperar hasta el último minuto para resolver esto, claramente estamos jugando con fuego ahora mismo», añadió mediante videoconferencia.
Su homólogo en JP Morgan Chase, Jamie Dimon, alertó que una suspensión de pagos de Estados Unidos podría derivar en una «catástrofe completa para la economía global»; mientras que la presidenta de Nasdaq, Adena Friedman, explicó que ya se está empezando a detectar «volatilidad» en los mercados.
La reunión tuvo lugar poco antes de que el Senado llevara a cabo una primera votación sobre el proyecto de ley que aprobó la semana pasada la Cámara Baja para suspender el techo de endeudamiento.
Se esperaba que esa votación en el Senado fracasara, porque se necesitan 60 votos para que salga adelante, los demócratas solo controlan 50 y los republicanos se han negado a respaldar la suspensión del techo de deuda que propone el partido de Biden.
La oposición republicana ha propuesto que los demócratas intenten elevar el techo de deuda solo con votos de ese partido, mediante un mecanismo legislativo llamado «reconciliación», que permite aprobar de forma excepcional proyectos con una mayoría simple.
Ese proceso es complejo y podría tardar unas dos semanas en resolverse, según expertos en el funcionamiento del Senado, por lo que difícilmente concluiría antes del 18 de octubre, la fecha límite marcada por Yellen.
Los demócratas temen que, si el Senado no avanza esta misma semana hacia una suspensión del límite de deuda, los mercados financieros se resientan y se llegue a una situación similar a la de 2011, cuando Estados Unidos estuvo a punto de incurrir en suspensión de pagos y Standard & Poor’s rebajó la nota de solvencia del país.