Agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) desplegaron un operativo para detener a la caravana de migrantes que partió este viernes de la ciudad de Tonalá, en el estado de Chiapas, sur de México, en dos camionetas de carga.
Los agentes instalaron su operativo en un punto de revisión ubicado a unos cinco kilómetros de la ciudad de Arriaga, situada en los límites con el estado de Oaxaca.
Algunos migrantes accedieron a bajar de los vehículos de manera voluntaria, pero otros se negaron hacerlo y fueron bajados por la fuerza.
Una originaria de Guatemala, Deli Yanet, dio a conocer que las autoridades del INM prácticamente «le pasaron por encima» porque no quería soltar a su hija, a quien se iban a llevar y le provocaron una herida en el pie izquierdo, esto porque no quiso bajar de los vehículos donde solo viajaban mujeres y niños.
En esa garita migratoria, los agentes mexicanos, que cuentan con equipo antimotines, intentaron obligar a los extranjeros a descender de los vehículos, pero ante la negativa de los migrantes les dieron el paso y les entregaron sus pertenencias.
De acuerdo con Aristeo Taboada, representante estatal del Instituto Nacional de Migración (INM), dieron el alto a los vehículos para ofrecer a los migrantes albergue, comida y trabajo, sin embargo, dijo que se negaron a recibir ayuda y lo único que buscan es llegar a la Ciudad de México para regularizar su estancia en el país.
Estela de León, otra migrante de Guatemala, dijo que los migrantes viajan «pacíficamente».
«Las autoridades se acercaron a los vehículos, les dijimos que no nos tocaran porque somos migrantes, trabajadores, y no venimos a pedirle nada a nadie. Nos dijeron que bajáramos de los vehículos ya que nos iban a llevar a migración y nos iban a dar papeles (documentos)», relató.
En el citado punto, las autoridades mexicanas mantienen operativos de revisión en vehículos de transporte y aunque en este caso detuvieron a una decena de extranjeros, éstos fueron liberados minutos más tarde.
La caravana, integrada en su mayoría por centroamericanos y haitianos, salió a las 15.30 hora local (21.30 GMT) del municipio de Tonalá, desde donde recorrieron unos 18 kilómetros para avanzar hasta Arriaga, en la costa de Chiapas.
Desde el 23 de octubre, la caravana ha caminado más de 200 kilómetros.
La caravana avanza en medio del dolor que ha ocasionado la muerte por disparos de la Guardia Nacional de un migrante cubano, quien viajaba en un vehículo junto con otras personas, el pasado fin de semana.
Un hecho que fue condenado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Este grupo -que lleva más de diez días de camino- se puso en marcha luego de que en los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraran el avance de cuatro caravanas de migrantes que partieron precisamente desde Tapachula, municipio de Chiapas fronterizo con Guatemala.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar dichas caravanas.