Al menos siete personas murieron hoy al estallar un artefacto explosivo al paso de un autobús en una carretera del condado de Mandera (noreste de Kenia, en la frontera con Somalia), en un ataque que la Policía keniana atribuyó al grupo yihadista somalí Al Shabab.
El director de Servicios de Salud del condado, Abdi Maalim, afirmó que el hospital de referencia de ese territorio recibió un total de «siete cuerpos» y «trece pacientes heridos», cuatro de ellos en estado muy grave.
Las fuerzas del orden creen que Al Shabab pudo cometer el atentado. «De momento, por las tácticas que han usado, sospechamos que se trata de un ataque de Al Shabab», dijo por teléfono a Efe el portavoz de la Policía keniana, Bruno Isohi Shioso.
«Ha sido un IED (siglas inglesas de artefacto explosivo improvisado) situado en la carretera que tenía como objetivo vehículos», añadió Shioso.
En un mensaje en su cuenta de la red social Twitter, la Policía keniana, que movilizó su brigada antiterrorista, confirmó que «una persona ha sido arrestada en relación con el ataque y está bajo custodia ayudando en las investigaciones».
El «matatu» (nombre que reciben las furgonetas del transporte colectivo keniano) objeto de la explosión se encontraba de camino hacia la ciudad homónima de Mandera, capital del condado.
La explosión ocurrió después de que varias embajadas extranjeras en Kenia, tras el aviso inicial de la legación francesa- advirtieron la semana pasada de un posible ataque terrorista en el país africano, especialmente en la capital, Nairobi.
«Hay una persistencia de amenazas graves contra ciudadanos occidentales en Kenia. Existe un riesgo real de apuntar a lugares públicos frecuentados por extranjeros (restaurantes, hoteles, lugares de ocio, centros comerciales, etc.), particularmente en Nairobi», afirmó la embajada de Francia en un comunicado el pasado jueves.
Desde octubre de 2011, cuando Kenia envió a su Ejército a Somalia como respuesta a una oleada de secuestros atribuidos a Al Shabab dentro su territorio, los radicales yihadistas han perpetrado numerosos ataques en suelo keniano.
El 15 de enero de 2019, el grupo golpeó la capital en un ataque contra el selecto hotel Dusit D2, perpetrado por un suicida y cuatro pistoleros que abrieron fuego a discreción y asesinaron a 21 personas.
Nairobi vivió otro ataque parecido en septiembre de 2013, cuando al menos cuatro terroristas de Al Shabab asaltaron el centro comercial Westgate, no lejos del Dusit D2.
En ese atentado murieron 67 personas durante los cuatro días que estuvieron atrincherados los terroristas dentro del edificio, asediados por las fuerzas de seguridad.
El ataque más grave de Al Shabab en territorio keniano tuvo lugar en abril de 2015, cuando 148 personas, la mayoría estudiantes, murieron en el asalto a la Universidad de Garissa (norte).
Al Shabab, que se afilió a Al Qaeda en 2012, controla parte del territorio en el centro y el sur de Somalia y aspira a instaurar en el país un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.