El 3 de mayo en México se festeja el día de los trabajadores de la construcción, conocido popularmente como el Día del Albañil, en un país donde esa fuerza laboral está compuesta por 1,61 millones de personas, quienes en su mayoría adquieren sus conocimientos de manera empírica, señaló una académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La albañilería es la habilidad de construir edificaciones y demás obras, empleando, según sea el caso, piedras, ladrillos, cal, yeso, mortero y demás materiales de construcción.

«Los albañiles son el motor de las edificaciones, se encargan de concretar las ideas que ingenieros y arquitectos plasman en papel; su tarea es muy importante en las obras», expuso la ingeniera civil Maribel Trujillo, académica de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM en un comunicado distribuido este sábado por la institución.

Citando información de Data México (plataforma que integra, visualización y distribuye datos públicos, para identificar oportunidades económicas, industriales y comerciales), la nota apuntó que en el cuarto trimestre de 2021 «la fuerza laboral de albañiles, mamposteros y afines estuvo constituida por 1,61 millones de personas: 99,9 % hombres y 0,083 % mujeres».

En tanto, el salario promedio para los hombres fue de poco más de 6.000 pesos (unos 294 dólares) mensuales, mientras que para ellas, de 1.300 pesos (64 dólares) en ese mismo lapso, por jornadas laborales de aproximadamente 44 horas a la semana.

Las mejores remuneraciones promedio se registraron en el estado Baja California Sur, con 12.900 pesos (632 dólares); Nayarit, con 10.200 pesos (500 dólares) y Sinaloa, con 9.000 pesos (440 dólares).

Mientras que la fuerza laboral fue mayor en el Estado de México, con 185.000 personas; Jalisco, con 136.000, y Veracruz, con 112.000.

La especialista apuntó que su trabajo «es anónimo», desempeñan una labor «ruda» durante largas jornadas que, en algunas ocasiones, «es mal remunerada y sin medidas de seguridad».

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hasta febrero de 2022 había 461.614 obreros ocupados en el ramo de la construcción, quienes laboraron en conjunto, durante los dos primeros meses del año, 93.263 horas.

Trujillo recordó que, en la mayoría de los casos, «carecen de seguridad social y prestaciones económicas» y señaló que las constructoras están obligadas a proporcionarles seguro de vida y de servicios médicos, porque están propensos a sufrir accidentes y solo un porcentaje está contratado con esas prestaciones.

Señaló que, por lo general, «su ocupación es eventual» y aunque inician la cimentación es poco común que continúen hasta los acabados o la colocación de detalles, debido a la especialización de cada uno.

Pese a ello, «pueden trabajar de modo independiente o bajo las órdenes de expertos», señaló la especialista en geotecnia.

El 3 de mayo, que coincide con la celebración católica de la Santa Cruz, los trabajadores de la construcción mexicanos suspenden las labores.

Por la mañana participan en una misa en donde son bendecidas las cruces de madera que están adornadas con flores. Posteriormente, se lleva a cabo una gran comida en sus lugares de trabajo ya que es la fiesta más importante para ellos.

Trujillo recordó que el sector de la construcción es uno de los más importantes en el desarrollo de un país aunque debido a la pandemia numerosas obras se detuvieron o cancelaron.

Se trata, dijo, de un oficio que requiere de experiencia y aprendizaje relacionados con los procesos constructivos, conocimientos que la mayoría de los albañiles adquieren de manera empírica.

«Muchos de ellos saben leer planos, lo aprenden con el paso del tiempo, además de su conocimiento en materiales y de la calidad de estos y no necesitamos capacitarlos porque ellos traen ciertos aprendizajes (…) son los artesanos que dan vida a los proyectos», finalizó.