El número de muertos tras la explosión del viernes en el hotel Saratoga de La Habana se elevó a 27, el de heridos subió a 81 y se busca además a un total de 19 personas, señalaron autoridades cubanas este sábado.
Del total de lesionados, 37 se encuentran hospitalizados, de los cuales 15 son menores de edad, entre ellos un niño de 10 años. Hay ocho pacientes en estado crítico (tres menores) y seis graves (dos de ellos menores).
El Gobierno cubano se mantiene en contacto con el de España para la repatriación del cuerpo de la española fallecida, aunque no se ha precisado en una fecha, adelantó el gobernador de La Habana, Reinaldo García, en una rueda de prensa desde el Ministerio de Salud Pública (Minsap)
La pareja de la ciudadana española -la gallega Cristina López-Cerón Ugarte, de 29 años- y quien también cuenta con la misma nacionalidad, se recupera en el hospital y su vida no corre riesgo.
El Gobierno insular ha reiterado que todo parece indicar que un escape de gas provocó el estallido.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, habló de un «lamentable accidente» y descartó que se tratase de «una bomba» o un atentado.
Mientras tanto, prosiguen las tareas de remoción de escombro en el lugar del siniestro, con maquinaria pesada y personal especializado, que no se han detenido desde la explosión.
Los equipos de rescate tratan de acceder al sótano del edificio, ante la posibilidad de que pudiese haber personas atrapadas en su interior.
Preguntado al respecto, García aclaró que aún se desconoce cuánto tiempo más podrían tardar los trabajos de retiro de escombros en la zona baja del hotel en busca de posibles víctimas.
«Se está trabajando ininterrumpidamente las 24 horas (…) Se están empleando todas las técnicas posibles», ahondó.
La onda expansiva del estallido afectó a tres edificios aledaños -así como el hotel- en los que se está evaluando si aún son «salvables».
García negó que el accidente pueda relacionarse con la seguridad general en el país para el turismo, algo que consideró «demostrado».
El Saratoga fue construido en 1880 y desde 1911 funcionaba como un hotel. Su última restauración tuvo lugar en 2005, según medios oficiales.
Con cinco estrellas, el hotel estaba considerado uno de los más lujosos de la ciudad. El establecimiento se encuentra en pleno Paseo del Prado, una de las principales avenidas de La Habana Vieja, en el centro histórico de la capital cubana.